Nueva dosis de Harlan Coben
'Te echo de menos', la serie de cinco episodios, es la adaptación de la novela, con el mismo título, de Coben, un autor prolífico que elabora unas tramas estupendas aunque se olviden de forma rápida
El escritor norteamericano Harlan Coben (Newark, Nueva Jersey, 1962) firmó en 2018 un lucrativo acuerdo con Netflix según el cual, esta plataforma de streaming se comprometía a adaptar catorce de sus novelas de misterio, ya fuesen en forma de largometraje o de miniserie (formato que se ha acabado imponiendo).
Coben montó su propia productora, puso a su hija al frente y se dedicó a supervisar a distancia los resultados, que oscilan habitualmente entre lo brillante y lo simplemente correcto. Curiosamente, aunque el señor Coben es más americano que el pastel de manzana, todas las adaptaciones de Netflix proceden de Europa: la mayor parte, del Reino Unido, pero también ha habido aportaciones puntuales de Francia, España y Polonia.
El por qué Coben nunca ---pero es que nunca, oigan- ha sido adaptado en su país de origen es uno de los misterios más incomprensibles del audiovisual contemporáneo, por lo menos para quien esto firma.
Netflix acaba de colgar una nueva adaptación del señor Coben, concretamente de su novela Missing you (Te echo de menos, 2014, publicada en España, como toda su obra, aunque cada vez con más pachorra y menor entusiasmo, por RBA, desilusionada por las ventas de sus libros, que, al parecer, no son las que deberían ser, mientras en Francia, Inglaterra o Estados Unidos, el hombre lo peta).
Hondura humana
Todas las novelas de Harlan Coben se parecen, son muy divertidas, te hacen sentir como si estuvieras en una montaña rusa mientras las devoras y te olvidas de ellas a los diez minutos de haberlas terminado. No es un reproche. Como ha publicado un montón, puedes releerlas cada cierto tiempo hasta el día del juicio. Y cuando llega la adaptación televisiva, te la tragas tan contento porque, aunque leíste la novela hace unos años, ya no recuerdas prácticamente nada de ella.
Es lo que me ha pasado con Te echo de menos: he disfrutado sus cinco episodios, y dos días después de haberla terminado, apenas la recuerdo. Pero si alguien piensa que esa propensión al olvido de la obra de Coben no dice nada bueno de su calidad literaria, debo decirle que está equivocado: la habilidad de ese hombre para construir unas tramas diabólicamente complicadas que al final se resuelven con aparente facilidad y sin mostrar más agujeros que un Emmental es admirable.
Como Agatha Christie, la hondura humana de los personajes no es lo suyo, pero se le perdona por lo estimulantes que resultan esas montañas rusas en las que consisten sus ficciones.
Subtramas de mayor o menor interés
Missing you no es la mejor adaptación de Netflix, y la culpa, según creo recordar, no es de la novela. El guion deja un tanto que desear, se limita a seguir la fórmula habitual de las ficciones de Coben, sin añadir ni quitar nada, y el reparto no se mata a la hora de humanizar a esos personajes un tanto de cartón piedra que les han caído encima, con la excepción de la protagonista, Rosalind Eleazar, que intenta hacer creíble a la inspectora Kat Donovan, una mujer que parece atraer las desgracias.
Antes de que se me olvide de qué iba Te echo de menos, ahí va un sucinto resumen: la inspectora Donovan vivió once años atrás una doble desgracia: su padre, también policía, fue asesinado: su novio, Josh, la abandonó en plan ghosting, desapareciendo por completo y no volviendo a dar señales de vida (ambos acontecimientos están relacionados, pero hasta ahí puedo leer siguiendo la ley del spoiler).
Un buen día, Kat encuentra una foto de Josh (con otro nombre) en una app de citas. Y, aunque sabe que no le conviene, acaba lanzándose en su busca. Al mismo tiempo, decide visitar en la cárcel al supuesto asesino de su padre, quien le asegura que él no lo mató, pero, de forma sádica, se niega a darle la identidad del auténtico asesino.
Como es habitual en Coben, hay varias subtramas de mayor o menor interés y las cosas se van complicando a medida que avanza el metraje. Se echa de menos un poco más de energía en la escritura, la dirección y la actuación, pero el material original garantiza una intriga eficaz que impide interrumpir el visionado. Y solo son cinco episodios: ideal para un fin de semana de sofá y manta.