Fachada del Hospital Plató de Barcelona y de una sede corporativa de Deloitte / CG

Fachada del Hospital Plató de Barcelona y de una sede corporativa de Deloitte / CG

Artes

Hospital Plató se amplió de forma irregular y se expone a un derribo

Deloitte destapa que el centro sanitario, que será absorbido por el mejor hospital catalán el 31 de diciembre, opera sin licencia antiincendios y se juega una clausura

9 diciembre, 2020 00:00

La ampliación del Hospital Plató fue irregular y se enfrenta a un derribo si el Ayuntamiento de Barcelona incoa --y falla en su contra-- un expediente de disciplina urbanística. Es una de las conclusiones de los informes elaborados por Deloitte previos a la integración del centro sanitario barcelonés en el Hospital Clínic, que tendrá lugar el 31 de diciembre.

Según las due diligence confidenciales a las que ha podido acceder este medio, Plató amplió de forma irregular sus instalaciones en 2016, pues no presentó comunicación de primera ocupación de la vía pública al consistorio. Ello, una falta leve ya caducada, podría tener más enjundia. Al no presentar esta autorización, se desconoce si la ampliación del Plató se ciñó al proyecto técnico. La consultora encargada de los análisis previos a la fusión con el Clínic alerta de que si los trabajos no se ajustan al diseño inicial, el ayuntamiento podría ordenar un derribo parcial, incluido el acceso a las nuevas urgencias.

 

 

La ampliación del Hospital Plató fue irregular y se enfrenta a un derribo / CG

No hay licencia antiincendios

El gobierno municipal tiene aún más de un año (hasta 2022) para cerciorarse de si Plató construyó de forma legal. Los técnicos municipales también deberían estar preocupados, según el informe que radiografía el estado actual del hospital, por el hecho de que esta ciudad sanitaria mediana situada en la zona alta de Barcelona opera sin licencia antiincendios. Hospital Plató cuenta con licencia de actividad, pero no ambiental, que conste.

Ello es así, detalla Deloitte, porque en 2009 el hospital no pasó los controles de la Entidad Ambiental de Control (ECA) en este campo. Quizá por el hecho de que el centro sanitario se ubica en la centenaria casa Huelin-Rocamora, construida en 1910, tal y como apuntan fuentes cercanas al centro sanitario. Sea por el motivo que fuere, al auditor no le constan licencia ambiental ni las revisiones obligatorias. Este punto es mollar, porque si las autoridades confirman que Plató opera sin licencia podrían sancionar a la institución con hasta 200.000 euros e, incluso, ordenar su clausura durante dos años, señala el auditor.

Incumplimiento de Protección de Datos

Cuando el Clínic engulla al Hospital Plató el 31 de diciembre, también tendrá deberes en otro campo. El hospital mediano incumple de forma flagrante la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD), al mantener y gestionar un registro de tratamientos confuso, no debidamente justificado e insuficientemente blindado ante terceros. Según la consultora que pilota la fusión Clínic-Plató, ello expone al segundo hospital a una multa de hasta 10 millones de euros.

Si la base de datos de Plató, que se nutre de dinero público al 92% --con datos de 2019--, es insuficiente, no mejor es su trato del consentimiento. La información al paciente o familiar es insuficiente, y el auditor se muestra incapaz de analizar su "obtención, trazabilidad y conservación". Con este fallo, el hospital que dirige la Fundació Plató, dirigida por el doctor Jordi Pujol Colomer, se arriesga a una multa por valor de hasta 20 millones de euros.

¿Un nuevo Barnaclínic?

Las chapuzas urbanísticas y de gestión en este pequeño hospital concertado salen a la luz cuando la instalación está en proceso de fusionarse con el Clínic, el mejor hospital de Cataluña y uno de los más reconocidos de España. La integración, como la llaman ambas partes, dará pie a un centro sanitario que la documentación del proyecto llama Barnaclínic-Plató.

Esta denominación se refiere a Barnaclínic, la parte privada del Hospital Clínic Barcelona, que busca nuevo emplazamiento desde hace años. Desde la profesión médica se alerta de que el dinero público --del que viven ambos centros-- sobrevuela una operación que podría dar a luz a una nueva sede para esta mercantil sanitaria.

Irregularidades fiscales, laborales y opacidad

Antes de que ello ocurra, Deloitte ha aflorado abundantes irregularidades en la gestión. La consultora, en informes confidenciales consultados por este medio, alerta de impago del IVA en actividad privada, fraude en la contratación y presunta cesión ilegal de trabajadores, entre otras.

Estas añagazas no se justificarían por una gestión poco profesional que no estaría remunerada de forma correcta que ya fue motivo de polémica en el pasado. El doctor Pujol Colomer presentaba un sueldo anual que rozaba los 287.300 euros en 2014, tres veces lo que se embolsa el gerente de Vall d'Hebron, un hospital con 3.000 sanitarios frente a los 416 de este centro menor. Su equipo legal llegó hasta el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para evitar que se divulgara su retribución. Tras una denuncia pública de Metges de Catalunya, el directivo rebajó su salario hasta los 118.000 euros anuales, nómina que mantiene en la actualidad.