Portada de 'Hate revisited'

Portada de 'Hate revisited'

Artes

¿Qué fue de Buddy Bradley?

El personaje de 'Hate', un tebeo de los años 90 sobre la época grunge, reaparece ahora en 'Hate revisited' con la duda sobre la necesidad o no de recuperar a Buddy y su pandilla con treinta años más 

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El dibujante norteamericano Peter Bagge (Peekskill, Nueva York, 1957) plasmó los años del grunge en Seattle desde una perspectiva muy similar a la que ofrecía la película inglesa Withnail and I de la década prodigiosa (cuya frase publicitaria rezaba: “Los años 60 fueron una gran fiesta…A la que Withnail y yo no fuimos invitados”).

Lo hizo en los años 90 con un tebeo titulado Hate (Odio), que narraba las lamentables (e hilarantes) andanzas de una pandilla de jovenzuelos que, evidentemente, tampoco habían sido invitados a ninguna fiesta, por deprimente que fuera, si tenemos en cuenta que el músico más conocido del grunge fue el atormentado Kurt Cobain, que se acabó volando la cabeza pulsando el gatillo de una escopeta con el dedo gordo del pie.

Andanzas que publicaron en España la editorial La Cúpula y su revista El Víbora, traducidas por mi amigo Hernán Migoya, actualmente exiliado en el Perú y sin mucho aspecto de querer regresar a la madre patria cualquier día de éstos.

Hate era tremendamente divertido y estaba poblado por una galería de losers, inútiles y majaretas de los que no sabías que iba a ser cuando fuesen mayores, aunque te podías imaginar que su destino no iba a ser precisamente envidiable.

Existencialista afroamericano

El personaje principal, Buddy Bradley, tenía la misma ilusión de vivir que el Bernard Lermite de Martin Veyron (digamos que tendía a pusilánime), así como una habilidad insuperable para esquivar cualquier posibilidad de triunfo social en una ciudad, Seattle, que estaba en la cresta de la ola.

Su novia, Lisa, no se sabía muy bien qué había visto en él, pero como le faltaba una patata para el kilo, lo suyo podía confundirse con una pareja nacida para compartir la vida y el amor. La hermana de Buddy, Babs, no se sabía muy bien si era una excéntrica o si no estaba bien de la cabeza. Y los amigos de Buddy, eso ya eran palabras mayores.

Portada de 'Hate revisited'

Portada de 'Hate revisited'

Recordemos a Stinky (Apestoso), con un pie (y a veces los dos) fuera de la ley, camello, politoxicómano y, en general, un tipo de muy poco fiar. O en George Hamilton III, un negro filosófico y melancólico que estaba harto de que todo el mundo lo asociara con todos los tópicos de la negritud: alegría, ritmo, amor al funky, disposición natural para el baile y la juerga…Nada de eso: George era un existencialista afroamericano o, directamente, un muermo deprimente que se pasaba el día leyendo en su cuarto y resistiéndose a la vida social.

Curiosamente, esta seudo familia disfuncional resultaba extremadamente divertida, y cuando Bagge dejó de dibujar sus no aventuras, los dejó como congelados en ámbar, pasando a trabajar en otro tipo de cosas, igualmente interesantes.

Más tristeza que alegría

Hasta que un buen día de hace cosa de un año se le ocurrió la idea de recuperarlos para una especie de secuela en cuatro entregas, Hate revisited (Odio revisitado), que en España acaban de ser publicadas todas juntas por Ediciones La Cúpula en un solo volumen, Odio desatado, traducidas y prologadas por el amigo Migoya.

¿Merecía la pena recuperar a Buddy y su pandilla con treinta años más o hubiese sido mejor dejarlos plantados en los años 90? Pues la verdad es que no lo tengo muy claro. Me lo he pasado muy bien con este Odio desatado, pero también me ha sumido en sensaciones muy agridulces. No es que esperara gran cosa de esa panda de inútiles, pero creo que su creador se ha portado con ellos desde una lucidez rayana en la crueldad.

Hernán me dijo que me troncharía de risa con esta secuela, pero la verdad es que troncharme, lo que se dice troncharme, no es algo que haya acabado de conseguir. Me he reído a ratos (bastantes ratos), sí, pero ha sido superior la tristeza que me han producido estos supervivientes del grunge (exceptuemos al pobre Stinky, cuyas discutibles actividades lo condujeron a una muerte adelantada), que no han cambiado en nada desde la década de los 90, como no sea para ir a peor o seguir plantados en la misma vida absurda que tenía su gracia hace treinta años, pero que ahora tal vez no tiene tanta.

Portada de 'Hate revisited'

Portada de 'Hate revisited'

Seguimos sin saber qué hace Buddy para ganarse la vida, una actividad que le interesa tan poco ahora como en su adolescencia. Se ha casado con Lisa, tienen un hijo que aspira al triunfo financiero (aunque no parece tener muchas posibilidades de alcanzarlo) y sigue viendo al negro melancólico, que continúa con la nariz metida en los libros.

La época anterior a Trump

A Stinky le volaron la cabeza sin que se nos explique muy bien cuándo y por qué. Babs muestra una conducta más errática que nunca, tiene un montón de hijos que no se sabe de donde han salido y sigue tan descerebrada como en su juventud.

Hate revisited se divide entre historietas que transcurren en el presente (ante la gentrificación de Seattle, Buddy y Lisa se han trasladado a Tacoma) y flashbacks que explican algunas cosas de lo sucedido entre la era del grunge y la época inmediatamente anterior al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La idea es buena, pero el resultado se queda a medias. Lo que al lector no se le escapa es que nuestros héroes parecen haber vivido treinta años de balde.

El dibujante Peter Bagge

El dibujante Peter Bagge WIKIPEDIA

Y, sobre todo, lo que hacía gracia en los años 90, ha dejado de tenerla en la actualidad. Los alegres inconscientes de veinte años son unos cincuentones patéticos. Y pese a las esporádicas risas, uno llegó al final de la lectura de Odio desatado con una profunda sensación de melancolía.

Peter Bagge es un autor fundamental del nuevo underground norteamericano, pero yo no sé si recuperar a Buddy Bradley ha sido un hallazgo o una metedura de pata. Y si no fuera por el estupendo recuerdo que nos dejó a muchos el Hate de los años 90, no se si vale realmente la pena leer este Hate revisited. Aquí la lectura obligada solo es para quienes disfrutaron en su momento de la saga original. Los que no, dudo incluso que lo entiendan o atisben a donde quiere ir a parar su autor.