
El palacio modernista que puedes visitar gratis en Sant Jordi, Palau Macaya FUNDACIO 'LA CAIXA'
Ni Palau Güell ni Casa Batlló: el palacio modernista que puedes visitar gratis en Sant Jordi
Esta increíble obra abre sus puertas y organiza actividades especiales para la fiesta de Cataluña
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El 23 de abril es el día de Sant Jordi y las calles de toda Cataluña se convierten en un gran escaparate cultural. Las librerías venden sus libros en las aceras y las ramblas, los escritores firman allí los libros y las paradas de rosas dan el toque de color.
Barcelona entera, por su tamaño e importancia es una de las que más se engalanan. La Casa Batlló se cubre de rosas y reafirma así la leyenda de Sant Jordi que se encuentra en su fachada. Pero este año, no está sola.
Otro palacio modernista de la ciudad, y no es el Palau Güell, ha decidido cubrirse de flores y abrir sus puertas a todo aquel que lo quiera conocer o redescubrir. No es una obra de Gaudí, tampoco está en el centro, pero sí en uno de los paseos de la ciudad donde más tranquilo se vive el Sant Jordi, el passeig Sant Joan.
Allí, cerca de su cruce con Diagonal, donde hay un monumento que homenajea a Jacint Verdaguer, una de las figuras del modernismo erigió un enorme palacio. Un encargo que luce todavía inmaculado y por conocer, se trata del Palau Macaya.
Quién está detrás
Esta monumental obra, que se encuentra en el número 108 del Passeig de Sant Joan, fue encargado en 1898 por el industrial Romà Macaya i Gibert al arquitecto Josep Puig i Cadafalch, creador de la Casa de las Punxes y el Palacio del Barón de Cuadras, entre otras construcciones.
Las obras del palacio Macaya finalizaron en 1901, apenas un año después que otra de sus obras más populares, la Casa Amatller. El primero fue distinguido en 1902 con una mención en el concurso anual d’Edificis Artístics del Ayuntamiento de Barcelona, y en 1976 fue declarado monumento nacional. En cambio, el segundo, por su proximidad con la Casa Batlló es el que se ha hecho más famoso.
Cómo es el Palau Macaya
A pesar de que muy pocos lo conocen o ignoran incluso de quién es, esta enorme casa es una de las obras más destacadas del modernismo. Su fachada, sobria y elegante, esconde una rica ornamentación llena de símbolos y referencias.
El conjunto consta de semisótano, planta baja, dos pisos y unas golfas coronadas por grandes aleros. Dos torres laterales enmarcan la estructura, que recuerda en su distribución a la Casa Amatller.

Palau Macaya WIKIPEDIA
Una de las curiosidades que aguarda a los visitantes más observadores es la escultura de un ciclista esculpido en un capitel junto a la entrada principal, un guiño del escultor Eusebi Arnau a Puig i Cadafalch, que por aquel entonces se desplazaba en bicicleta entre las obras del Passeig de Gràcia y el Passeig de Sant Joan.
Ya en el interior del palacio, el visitante goza de un despliegue de artes aplicadas: esgrafiados firmados por Joan Paradís i Figueres, azulejos diseñados por Antoni Maria Gallissà, pinturas decorativas de Marcel·lí Gelabert, forjados de Manel Ballarín y esculturas de Eusebi Arnau y Alfons Juyol. Todo ello integrado bajo una visión estética y funcional que reivindica las técnicas artesanas del modernismo.
Un momento especial
El patio central, con su escalera de piedra decorada con motivos florales y arabizantes, crea una atmósfera íntima y luminosa que anticipa el tono del resto del edificio. Y, este Sant Jordi, se pueden observar de una manera muy especial.
De hecho, hace ya unos días que esto sucede. Aprovechando la Semana Santa y la importancia de una fecha como Sant Jordi, los responsables de este edificio han decidido ofrecer una nueva experiencia al visitante.
Un Sant Jordi en el palacio
Del 14 al 25 de abril, el Palau Macaya luce una impresionante instalación floral efímera que lleva por título “Las rosas se marchitan, pero las ideas perduran”. Se trata de una propuesta visual y conceptual que reflexiona sobre la fragilidad de la cultura y, al mismo tiempo, sobre su poder para perdurar en el tiempo.
Sus creadores aseguran que se trata de una metáfora poética que se despliega en los rincones del edificio y que invita a pasear, detenerse y pensar. Además, se han programado visitas guiadas gratuitas que permiten descubrir tanto la exposición como el propio palacio, una oportunidad única para adentrarse en uno de los edificios modernistas más especiales —y menos conocidos— de Barcelona. Una oportunidad única para celebrar Sant Jordi de una forma distinta y, además, disfrutar de uno de los secretos mejor guardados de la ciudad.