El mundo de la información ha llorado en 2016 la muerte por asesinato de 57 periodistas profesionales, la cifra más baja en una década. Pero, por primera vez, el balance de Reporteros Sin Fronteras añade a la estadística la liquidación de informadores ciudadanos y colaboradores de medios de comunicación. La suma de todas las pérdidas da como resultado 74 (por 101 en 2015).
Reporteros Sin Fronteras niega que este descenso sea motivo de alegría, ya que se explica “por el hecho de que los periodistas no tuvieron otra opción que huir de los países que se han vuelto demasiado peligrosos”. Por lo tanto, este “exilio masivo” ha creado agujeros negros de la información.
Siria, Afganistán, México, Irak y Yemen
El país más mortífero en 2016 ha sido Siria, con 19 periodistas muertos, por delante de Afganistán (10) y México (9), la región en paz con más informadores asesinados. Cierran las primeras posiciones Irak (7) y Yemen (5).
La organización divide los 74 asesinatos en dos grupos: las 53 víctimas matadas deliberadamente o tomadas como objetivos, y los 21 fallecidos en el ejercicio de su profesión.
Cinco mujeres
El trágico balance recuerda a los 4 periodistas que murieron en el extranjero (el sirio Mohammes Zaher al-Shurqat, muerto en Turquía; David Gilkey –Estados Unidos/Afganistán—; Jeroen Oerlemans –Bélgica/Libia—, y Mohsen Khazai –Irán/Siria—), así como las 5 mujeres asesinadas (Mariam Ebrahimi, Mehri Azizi, Zainab Mirzaee, Anabel Flores Salazar y Salad Osman Segal).