Neymar se va, salvo que el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, se marque un Jordi Turull e impida que el PSG deposite el dinero de la cláusula del astro brasileño, los 222 millones de euros, impuestos aparte. Con tales cifras, nadie duda de que elige París por dinero. Y Ney ya tiene su primer premio económico: será el traspaso más caro de la historia del fútbol.
El dineral que pagará Qatar, dueño del PSG, por Neymar es tan abultado que doblará la apuesta del Manchester United por Paul Pogba hace un verano, hasta ahora la transacción más elevada de la historia. Los diablos rojos abonaron por el mediocentro 105 millones a la Juventus, y otros 15 millones a su polémico representante, Mino Raiola. En total, 120 millones.
La rivalidad de Real Madrid y Manchester United
Es curioso cómo en el último lustro han desaparecido del top 10 de fichajes caros los galácticos de la primera etapa de Florentino Pérez a los mandos de la nave Real Madrid. Parecían entonces cifras inalcanzables. También ha desaparecido Zlatan Ibrahimovic, un clásico de la lista. De hecho, Cristiano Ronaldo es el único superviviente de la década pasada.
A pesar del dato, el Real Madrid es protagonista en cuatro de los diez traspasos más costosos de la historia. Igual que el Manchester United. No sorprende que, año tras año, se disputen el honor de ser el club más valioso y el que tiene más ingresos. El Barça, con la ida y vuelta de Neymar, aparece en tres operaciones. La Liga y la Premier League son las competiciones más potentes.
El jugador español
Otras conclusiones pasan por averiguar que los traspasos más caros los han protagonizado jugadores de ataque, a pesar de la revalorización de porteros y defensas (desaparecidos en la lista). Como también que el jugador español, a pesar del salto cualitativo, refrendado con la exitosa etapa de la selección, está menos valorado que el de otros países. Tal vez porque los Iniesta, Ramos, Xavi, Casillas y compañía son verdaderos hombres de club.
Finalmente, cabe apuntar que las negociaciones se tornan cada vez más complicadas entre clubes. Las cláusulas (casi) prohibitivas obligan a elevar la apuesta por conseguir un jugador o, en su caso, pagar lo que pide el tenedor por él. Como en el caso de Luis Suárez, que llegó al Barça a cambio de 81 millones de euros. El Liverpool no rebajó ni un céntimo. Y el por aquel entonces director deportivo azulgrana, Andoni Zubizarreta, todavía presumía, ante los periodistas más críticos con su gestión, de la llegada al Camp Nou de la S de la MSN.