El periodismo es una profesión de riesgo. Y si no que se lo pregunten a los reporteros e informadores de los países más peligrosos para el sector. Cada año, alrededor de cien periodistas mueren por asesinato en distintas regiones del mundo (fueron 123 en 2013, 135 en 2014, 115 en 2015, 122 en 2016 y 82 en 2017), y el 2018 va camino de mantener la triste estadística.
La muerte de diez periodistas en un ataque en Afganistán el lunes sitúa a este país como el más mortífero del corriente, con 11 en total, en lo que la ONU ya ha descrito como “selección deliberada” contra los medios informativos. A continuación figuran Colombia y Yemen, con tres decesos, uno más que en México, Guatemala, el territorio palestino e India, según los datos de AFP e IFJ.
32 muertos hasta el 1 de mayo
Hasta el 1 de mayo, 32 periodistas han muerto por causas violentas en todo el mundo. Porque también han perdido la vida informadores de Nicaragua, Brasil, Eslovaquia, Siria, Liberia y Pakistán. Todos en número de uno.
Periodistas asesinados en 2018 / GRAPHIC NEWS
Por bien o por mal, la mayoría de estos países repiten año tras año entre los más mortíferos para los periodistas. La lista del último cuarto de siglo la encabeza Irak, por delante de Filipinas, Siria, México, Pakistán, Colombia, Rusia, India, Somalia y Argelia. Pero en ella también figuran Afganistán, Blangladés, Turquía, Tayikistán, Honduras, Bosnia, Sri Lanka, Guatemala y Ruanda.
La libertad de prensa en el mundo
No ha de sorprender, por ello, que muchos de estos países suspendan en libertad de prensa, según el ranking realizado por Reporteros Sin Fronteras (RSF). De hecho, la situación es “muy difícil” en Oriente Próximo y Oriente Medio, así como en China y algunos países africanos, y sólo es “buena” o “satisfactoria” en Canadá y EEUU, Australia y Nueva Zelanda, Europa, algunas regiones de Sudamérica y países del sur de África.
En España, por tanto, la situación es “satisfactoria” para los periodistas. Ello choca con el posicionamiento de varios colectivos de informadores con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa. En concreto, la FAPE, la APM, la FESP e incluso los mismos RSF denuncian “los intentos de control y coacción del poder, la precariedad laboral y las fake news como grandes enemigos de la libertad de prensa, que ha retrocedido en España por la crisis catalana y la ley mordaza”.