El almacenaje de la energía eólica para su posterior uso es complicado, debido a la poca regularidad del viento. Pero el sector puede cambiar si funciona el experimento que se llevará a cabo en la pequeña isla escocesa de Gigha: un parque de contenedores capaces de guardar la electricidad generada por las turbinas eólicas.
El sistema consiste en un grupo de siete contenedores de baterías de flujo de oxirreducción de vanadio, y otro, un octavo, que lo controla todo. Cada contenedor, similar a los de embarque, alberga cuatro baterías. La capacidad de almacenaje es de 1,68MWh.
Sistemas anteriores
El objetivo inicial era el almacenaje de energía suficiente para proporcionar a la isla 100kW de electricidad durante 12 horas cuando los vientos eran bajos. Otra de las claves es que las baterías son reutilizables. El sistema evita la fuga de gran parte de la energía generada.
Hasta ahora, Estados Unidos y China habían desarrollado algunos sistemas de almacenaje. El país americano, por ejemplo, construyó una batería formada por condensadores que permite la regulación de la producción de electricidad vertida a la red, para adaptarla a la demanda. En la región asiática, un sistema parecido recoge energía tanto del viento como del sol.