Tras la tempestad, llega la calma. El sector del automóvil es un buen termómetro de la economía. Y el mercurio dice que Europa se está recuperando de la feroz crisis. La demanda de coches nuevos subió el 3,6% hasta septiembre en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esto es, por encima de los 12 millones de entregas.
Los datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (Acea, por sus siglas en inglés) desvelan que, en conjunto, el sector camina a buen paso. Casi todos los estados miembros y aquellos integrados en la asociación de libre comercio (Islandia, Noruega y Suiza) presentan mejoras en comparación con los últimos informes. Pero no todo son buenas noticias.
Dos casos
En septiembre, las ventas continentales cayeron arrastradas por el desplome en Reino Unido, el segundo mercado automotriz de Europa. Es su sexto retroceso mensual consecutivo. La debilidad de la libra y el Brexit han derivado en esta situación. Los mismos pasos puede seguir España por el conflicto en Cataluña. Desde el 1-O, de hecho, las ventas de coches han caído un 30% en la autonomía. La inestabilidad, avisan, tiene efecto retardado.
Por otro lado, Alemania ha crecido el 2,2% hasta septiembre; Francia, el 3,9%; Italia, un 9%, y España, el 6,8%. Como apunte, el mayor descenso lo sufrió Irlanda, con una caída del 10,3%.