El guionista Eduard Sola, Premi Gaudí a mejor guión original, durante su discurso

El guionista Eduard Sola, Premi Gaudí a mejor guión original, durante su discurso LORENA SOPENA - EUROPA PRESS

Examen a los protagonistas

Eduard Sola

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La gran fiesta del cine catalán, la gala de los Premios Gaudí, puso de manifiesto la gran calidad de las películas presentadas y se convirtió, también, en escenario de varios parlamentos reivindicativos. Uno de los más emotivos fue el de Eduard Sola, distinguido al mejor guión por Casa en flames, que defendió los orígenes andaluces de su familia con un discurso "orgullosamente charnego".

Sola recordó cómo, al igual que tantísimas otras familias de Cataluña, sus padres, tíos y abuelos -uno de ellos, "analfabeto"- tuvieron que luchar para salir adelante. Un trabajo muy duro que, en su caso, acabó sirviendo para poder ganarse la vida escribiendo.

Frente a quienes "hicieron sentirse inferiores" a sus antepasados, y a "las miradas de superioridad que, en tres generaciones, hemos tenido que tragar los que venimos de abajo de todo", Sola reivindicó valores como el progreso, la escuela pública y la diversidad cultural.

El guionista de Casa en flames pidió combatir la xenofobia y, sobre todo, "acoger con los brazos abiertos a quienes vienen de fuera". Un discurso anticlasista y antirracista que emocionó y propició la ovación de los asistentes.

Al igual que Sola, también fueron aplaudidas las palabras de Joana Vital, nieta de Manuel Vital, el autobusero en el cual se inspira la película El 47. La activista vecinal hizo una bonita defensa del bilingüismo, recordando cómo en su casa, su abuelo extremeño hablaba castellano, y su abuela tarraconense, castellano y catalán. Una situación habitual en las calles y hogares de toda Cataluña, donde el uso de ambas lenguas oficiales es natural y mayoritario en la sociedad. Por mucho que a determinados sectores del nacionalismo les incomode.