Varios catalanes en el aeropuerto de El Prat, como los que se marchan al extranjero / EP

Varios catalanes en el aeropuerto de El Prat, como los que se marchan al extranjero / EP

En voz baja

¿Código QR para entrar en España?

19 abril, 2022 11:13

Las vacaciones de Semana Santa han situado el tráfico aéreo a niveles anteriores a la pandemia. El aeropuerto de Barcelona-El Prat ha sido un buen exponente de esta recuperación del sector, ya que ha vuelto a acoger a miles de personas durante todos los días festivos. En muchos países europeos las mascarillas ya no son obligatorias, pero sí se deben llevar en todo momento en los aviones. Además, las medidas de seguridad de entrada en España para proteger al país frente a una pandemia que va a menos pero aún está presente todavía se mantienen. Los pasajeros deben rellenar un formulario para obtener su código QR que les permita la entrada al territorio nacional y así controlar los movimientos de los ciudadanos en origen. La alternativa que se ha escogido para fiscalizar un posible brote de Covid y realizar un seguimiento de los contagios que se puedan dar entre pasajeros. 

Sin embargo, en El Prat para muchos viajeros procedentes de diferentes países europeos llevar el documento QR en regla no fue necesario, sin saber exactamente el por qué. Por ejemplo, los que aterrizaron en un vuelo procedente de Ámsterdam que llegó el lunes por la tarde a Barcelona se quedaron perplejos. En la salida, eran dirigidos a la sección que debía controlar el QR. Sin embargo, nadie pedía el citado documento aunque todos, de forma disciplinada, lo habían descargado en sus móviles para mostrarlos en las ventanillas habilitadas en el recinto y lo llevaban en la mano para ejercer su responsabilidad individual.

El pasillo en el que fueron dirigidos llevaba a la zona de recogida de maletas. Ninguna de las personas que debían certificar el QR de seguimiento les pidió el documento. Hubo bastante confusión en este sentido porque no todos los pasajeros recibieron el mismo trato. En otros vuelos, sí que se solicitó la documentación necesaria para entrar en el país, hecho que convirtió el aeropuerto catalán en una suerte de tómbola en la que, sin una razón convincente, unos pasaban los controles y otros no. Curiosa forma de controlar el acceso de los viajeros procedentes del extranjero. Los controles exhaustivos de los últimos meses son ya una pura entelequia.