Se confirman todas las sospechas. Los jugadores de la selección rusa olieron amoníaco en sus dos partidos del Mundial contra España y Croacia. Primero sucedió ante 'La Roja' en el Luzhniki para el partido de octavos de final que llegó a la prórroga y a los penaltis. Lo mismo sucedió contra Croacia, prórroga y penaltis, aunque esa vez la balanza cayó del lado croata.
Los rumores los destapó el diario alemán 'Süddeutsche Zeitung' que informó que un portavoz autorizado de la Federación Rusa (RFU) había confirmado que futbolistas del equipo de Cherchesov habían inhalado amoníaco, depositado en algodón, para sentirse "mejor" durante los partidos del Mundial. "Lo usaron, igual que toman agua cuando tienen sed o usan champú cuando se duchan".
Mejoras físicas
Algunos movimientos extraños de los jugadores rusos con las manos llamaron la atención del medio. Al repetirse frente a los croatas, el resto de medios se hicieron eco. El amoníaco, en pequeñas cantidades, mejora el riego sanguíneo y la capacidad pulmonar, ya que funciona como estimulante a corto plazo. Además, mejora la concentración y no es una sustancia tipificada como ilegal en el reglamento de antidopaje de la FIFA.
Su uso no está prohibido, pero está claro que la inhalación de esta sustancia mejoró su ritmo. El médico de la selección exsoviética, Eduard Bezuglov, se vio obligado a dar explicaciones a los medios para negar que los futbolistas se doparan antes de los octavos de final contra España y los cuartos ante Croacia. "Se trata de un simple amoníaco con el que se impregnan trozos de algodón y después se inhala. Esto lo hacen miles de deportistas para animarse. Se utiliza desde hace décadas. El amoníaco no sólo se usa en el deporte, sino en la vida cotidiana de la gente cuando alguien pierde el conocimiento o se siente débil. Simplemente por el fuerte olor que desprende. Se puede ir a cualquier farmacia, comprar algodón y amoníaco. Esto no tiene ninguna relación con el dopaje", sentenció.
Rusia, bajo el punto de mira
Pese a que los rusos acudieron a este producto para mejorar sus cualidades físicas, no es una práctica habitual en las selecciones de primer nivel mundial. Además, Rusia tiene un expediente complicado en casos de dopaje. Tanto el fútbol como atletas en las Olimpiadas han sido sometidos a rigurosas pruebas anti-dopaje.
En 2016, la FIFA abrió una investigación por una trama en la que 11 jugadores rusos estuvieron implicados en prácticas ilícitas. El informe, llamado McLaren, señalaba al el Ruslan Kambólov que fue convocado por el combinado nacional para esta Copa del Mundo, pero tuvo que se reemplazado por lesión a escasas semanas del partido inaugural. Su caso, fue archivado por falta de pruebas, según sus abogados.
Denis Cheryshev también fue investigado por un presunto uso de hormonas del crecimiento para recuperarse de una lesión. El jugador y su apdre negaron las acusaciones y también fueron negativas. La FIFA se han realizado 2.700 test por sorpresa desde el 1 de enero hasta un día antes de la competición (a España ya la visitaron en Las Rozas) y ninguno fue positivo.