Argentina ha perdido definitivamente la fe en Leo Messi. Y eso que Diego Armando Maradona suplicó, rogó, invocó al 10 azulgrana antes del partido contra Croacia. Pero ni con eso. Argentina ha caído esta noche estrepitosamente (3-0), tiene un pie fuera del Mundial y un debate que no deja discusión: fracaso albiceleste monumental, con Messi en la picota en la selección.
Maradona comenzó con un ruego a los jugadores pidiéndoles que ganasen y gritando "huevo, huevo, huevo". Besó una camiseta de Messi, juntó las dos palmas de las manos y pidió el favor del azulgrana para que Argentina ganase el partido.
Crónica del desespero
Luego, el gran show sucedió en el descanso. Maradona se acercó a una de las entradas a los palcos para firmar camisetas y tomarse selfies sonriente con los argentinos. Un control de seguridad lo seguía de cerca. Después de unos minutos volvió a su palco, donde lo esperaba un buffet para avituallarse.
Era la hora de cenar algo rápido y luego a ver el segundo tiempo. Gritó, se comió las uñas, se agarró la cabeza y nada. Sufrió con el gol de Modric y el de Rakitic lo dejó hundido en su butaca. Su ruego no fue escuchado. Ni por Messi, ni por sus compañeros ni por Sampaoli, a quien ya sacrificó hace días.
Ahora toca el debate en una selección herida, por no decir muerta, a través de la imagen de un Maradona más venerado que nunca por sus seguidores. Quienes creen más en él que en ningún otro.
VAMOS, VAMOS, HUEVO, HUEVO pic.twitter.com/MZyE6YPDpa
— TyC Sports (@TyCSports) 21 de junio de 2018