Con el objetivo de luchar contra el empleo irregular, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social puso en marcha en 2011 un plan de lucha contra el fraude a la Seguridad Social. La ministra conservadora Fátima Báñez, al frente del ministerio por aquel entonces, reconoció que las actuaciones permitieron aflorar 91.470 empleos irregulares durante el 2012, un 12% más que en el año anterior.
Uno de los principales objetivos de estas inspecciones era encontrar anomalías en las retribuciones que los muchos monitores y entrenadores de las categorías inferiores de fútbol recibían cada mes por formar a los jóvenes futbolistas.
Cantidades simbólicas
Los clubes se alteraron y alegaron que en divisiones inferiores y fútbol base la única forma de funcionar era gracias a los entrenadores y monitores que de forma casi altruista acuden a los entrenamientos para intentar educar a los más pequeños en sus inicios en el mundo del fútbol. A cambio de su tiempo, estos reciben una cantidad simbólica que oscila entre 100 y 150 euros de media que utilizan para sus gastos en los desplazamientos a los partidos y torneos.
Las inspecciones se llevaron a cabo, y en 2013 la Generalitat consiguió detener la oleada de actuaciones que en los últimos meses venía afectando a entidades deportivas catalanas. El secretario general del Deporte catalán, Ivan Tibau, y la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña (UFEC), a través de David Moner, pactaron una tregua. Pero para alguna ya fue tarde, como el Santboià, que no se libró.