Antoine Griezmann es un turfman consumado. O sea, un gran aficionado a las carreras de caballos que desde hace un año cuenta con su nueva cuadra. Una escudería que los aficionados españoles siempre creyeron que acabaría corriendo en las pistas españolas y reactivaría el sector hípico español, pero que nunca se asomó por los hipódromos españoles.
Griezmann en los años que ha estado en Madrid se ha alejado siempre de los recintos españoles. Actitud muy criticada por los mandamases y aficionados de las carreras hípicas españolas y que ahora se explica por su deseo de fichar por el FC Barcelona, pues de haber decidido su futuro en el Atlético de Madrid, el delantero francés hubiese acabado acudiendo al Hipódromo de La Zarzuela para estabular a algunos de sus purasangres y seguir sus actuaciones en directo.
Diferente actitud
De esta forma actuó Álvaro Odriozola, el lateral mundialista de la Real Sociedad, quien posee al caballo "Guitar" y nunca se pierde una jornada de carreras cuando puede. Afición la del donostiarra aplaudida por el sector, pero que no ha tenido la misma respuesta con el delantero colchonero, que no solo no ha cruzado nunca la frontera, sino que incluso ha cogido el avión para seguir las actuaciones de sus caballos en los hipódromos galos cuando se lo ha permitido el Atlético de Madrid.
Griezzman este último año ha ido confeccionando con su padre una cuadra de caballos de enorme potencial. Una afición familiar que continuará si se confirma su pase al Barça, esta vez sin discusiones, pues Cataluña no tiene hipódromo. Ya se verá luego si al francés se le permite sus continuas escapadas para seguir las actuaciones de sus purasangres. Hagan apuestas.