Al ritmo que marca Gerard Moreno, el RCD Espanyol llegó a tiempo para subirse al tren que lleva a Europa. Recuperadas las sensaciones perdidas hace unas semanas, el conjunto blanquiazul vuelve a reengancharse al sueño europeo y lo consigue, en gran medida, gracias al buen hacer de un delantero que ya ha reservado billete para el próximo Mundial de Rusia (2-1).
De viaje en viaje, entre sueño y sueño, el conjunto de Quique Sánchez Flores despertó a tiempo en una matinal de sentimientos encontrados que acabó con remontada y un trabajado triunfo ante la Real Sociedad que sitúa a los blanquiazules con 35 puntos en la decimosegunda posición de La Liga. Sin conocer la derrota en los últimos siete encuentros, cinco empates y dos victorias, las opciones de seguir creyendo en Europa pasaban por superar a un conjunto vasco necesitado de alegrías, que acabó regodeándose en exceso en el tanto de Willian José y sufrió una nueva desdicha ante un rival directo.
Los jugadores del Espanyol celebran el segundo gol / EFE
Con las necesidades bien presentes sobre el césped, los errores entraron en acción. Un despiste de Óscar Duarte permitió a los donostiarras irse por delante en el marcador al descanso después de un primer acto de color blanquiazul. Por detrás en el electrónico, los catalanes encontraron la luz en un más que iluminado Gerard Moreno. El de Santa Perpetua también falló, en primera instancia su penalti lo detuvo Moyá, pero estuvo atento para cazar el esférico tras el rechace rubricando así su gran temporada con el decimosegundo tanto liguero.
A galope del ariete --que no se ha perdido ni un solo minuto en lo que llevamos de Liga--, los blanquiazules dieron la vuelta al electrónico secundados en parte con la magia de Granero y el trabajo incansable de Leo Baptistao, sumando tres puntos fundamentales que permiten subirse a un tren que tiene como destino final una codiciada plaza en Europa.