Francia se ha proclamado campeona del mundo por segunda vez en su historia tras superar 4 a 2 a Croacia en la final del Mundial de Rusia. Un partido gris de los galos, donde el fútbol ha vuelto a dejar claro que no es un deporte justo. El fútbol lo ha puesto Croacia, pero la Copa se la llevan los galos.
Los croatas saltaron al terreno de juego convencidos de su capacidad para alzarse con el título y pese a su afán por hacerse un hueco en la historia del fútbol y de su país, la suerte estuvo con los ‘blues’. Una suerte que se tradujo en dos goles.
Dos primeros tantos que salieron de las botas de Antoine Griezzman, decisivo en las dos jugadas en las que tuvo protagonismo, aunque estuvo lejos de su mejor nivel. Primero con un centro al área que Mandzukic cabeceó dentro de su propia portería. El segundo fue de penalti, en el que se requirió la asistencia del VAR tras unas manos de Perisic, el que minutos antes se había convertido en el héroe de su país tras empatar el partido con una volea imparable para Lloris.
Fútbol sin recompensa
Tras una primera parte para enmarcar de los croatas, la velocidad de Francia y las imprecisiones defensivas de Croacia dieron la ventaja final para los hombres de Deschamps. En los primeros 15 minutos de la segunda parte sentenciaron el título. Un 4 a 1 que puso entre las cuerdas al combinado de Dalic y que han permitido dar protagonismo a otras dos estrellas del conjunto francés. Pogba y Mbappé. El primero, desapercibidon todo el encuentro, el segundo una pesadilla en velocidad para la defensa.
Con Modric y Rakitic liderando a la selección balcánica, Lloris regaló un tanto Mandzukic para recortar distancias tres minutos más tarde. Con 20 minutos para el final, Croacia perdió fuerza y las imprecisiones dieron más vida a Francia que se ha refugiado la mayor parte del partido en su campo.
Francia vuelve a ganar un Mundial 20 años después. Deschamps consigue un hito histórico. Campeón del mundo como jugador y seleccionador. Ahora, Croacia deberá esperar cuatro años más, pese a ser, futbolísticamente, la justa vencedora del Mundial. Tras acceder a la final después de haber jugado tres prórrogas, los croatas dieron una lección de fútbol. Eléctricos e insistentes, sin acusar el cansancio de 90 minutos de más han encerrado a Francia en su campo, que pese a las cometidas croatas se ha mostrado muy segura atrás, y sin piedad en la delantera.
Dalic puede estar orgulloso de la selección que ha creado y que a la que ha consagrado en la élite.