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Los jugadores del FC Barcelona celebran el segundo gol logrado por Messi ante el Athletic de Bilbao / EFE

El Barça se ventila al Athletic en 30 minutos

Dos goles de los azulgranas superan al equipo vasco en un partido con dos caras

3 min

El Barcelona afrontará el parón de liga con el calendario en la mano para sabér cuándo cantará el alirón. No hay otra. Con paso firme, jornada tras jornada, el Barça despachó una vez más su duelo liguero con suma tranquilidad. Esta vez ante el Athetic (2-0), que cayó fulminado en 30 minutos letales de los azulgranas, para que después ya no pasase nada más en el Camp Nou.

Ernesto Valverde había dejado bien claro antes del encuentro ante los bilbaínos que se trataba de una cita estratégica para acabar ganando el título del campeonato. Sobre todo porque 15 días sin liga se hacen a veces muy largos, y más si se tropieza y los de atrás aprietan. Por eso, desde el inicio de partido los azulgranas salieron enchufados para demostrar su superiodidad y a fin que lo consiguieron.

Manifiesta superioridad

El Barcelona, ante 84.000 espectadores, supo deshacerse rápido de la presión alta con la que inició el partido el Athletic y Paco Alcácer, que ocupó en el once el lugar del uruguayo Luis Suárez, aprovechó la oportunidad y abrió la cuenta a los ocho minutos en el segundo balón que tocó del partido.

Leo Messi amplió la ventaja a la media hora de un primer periodo de claro dominio del conjunto de Valverde, que pudo acabar con una mayor diferencia que la marcada en el luminoso después de que el equipo culé estrellase tres balones a la madera. Incluso Kepa, el joven portero vasco, salvó a los suyos con varias intervenciones de la goleada.

Otra cara

Lejos de prolongar su buena primera parte, el Barcelona en los segundos 45 minutos cedió terreno al Athletic, que tirando de orgullo y presión, y aprovechando que el once de Valverde se dedicaba a gestionar el resultado, no se resquebrajó y mostró una mejor cara, eso sí, sin la pegada necesaria para recortar el marcador.

El triunfo del Barça permite tener los deberes hechos y afrontar el paréntesis de fechas FIFA sin presión alguna. Ahora, a la vuelta, encarará la recta final de un triplete que nunca hubiese imaginado en agosto que aspiraría tan bien situado. Y no es ningún un sueño, es una realidad.