La intensidad con la que se disputa cualquier duelo del grupo tercero de Segunda División B está fuera de cualquier duda. En una categoría donde, más allá del talento, predominan el aspecto físico y la igualdad entre todos los participantes, el tramo final de competición se convierte en una pugna semanal donde en cada partido hay en juego la posibilidad de ascender a Segunda División o de evitar el traumático descenso a Tercera.
Con la mira puesta en el anhelado sueño de disputar la fase de ascenso a Segunda División, un campeonato conocido como Liga 123 y considerado como el salto al fútbol profesional, la UE Cornellà y el Lleida Esportiu protagonizaron el pasado fin de semana un vibrante derbi catalán --entre el cuarto y el quinto clasificado-- en un Municipal de Cornellà situado a tan solo unos pasos del RCDE Stadium. Conocedores de que lograr subir de categoría significa dejar atrás el deporte semiprofesional para situarse en la élite --donde esperan clubes como Sporting de Gijón, Cádiz, Oviedo, Valladolid y Zaragoza-- con generosos ingresos televisivos y otras formas de sacar rédito a un encuentro de fútbol, ambos conjuntos saltaron al césped dispuestos a dejárselo todo.
'Colleja' y hostilidades el túnel de vestuarios
En un Municipal de Cornellà abarrotado de aficionados de ambos conjuntos, que mantuvieron un comportamiento ejemplar, la tensión se palpó desde el primer instante. Los lances del juego y la igualdad en el mismo propiciaron un final de partido que no terminó con el pitido del colegiado. Tras el gol in extremis de los del Baix Llobregat en el minuto 92, que daba así la victoria verde por 1-0, las hostilidades entre los protagonistas se desencadenaron en el túnel de vestuarios. La historia no acabó ahí.
Finalizado el encuentro, mientras ambos conjuntos se retiraban a sus respectivos vestuarios, se desató la controversia en la que tuvo que intervenir el personal de seguridad del club y los Mossos d'Esquadra vista la tensión en ambos bandos. "El club en su totalidad lamenta y condena la serie de improperios, ofensas y actos físicos entre miembros de ambas entidades (...) por ello trabajará para que estos hechos no vuelvan a producirse", apuntó la UE Cornellà en un comunicado --los de Lleida no se pronunciarán-- que dejó entrever la culpabilidad de las dos partes.
Insultos, gritos y hasta un contacto físico que recogió el colegiado Alejandro Muñiz Ruiz en el acta del encuentro. "Mi asistente número 1 me indica, que una vez finalizado el partido y cuando se encontraba dentro del túnel de vestuarios, presenció como una persona que fue identificada por las fuerzas del orden como el director deportivo de la UE Cornellà, propinó un golpe con la mano abierta en la parte trasera de la cabeza al director deportivo del Lleida Esportiu, formándose de esta manera un enfrentamiento de personas en el que tuvieron que intervenir dichas fuerzas del orden", redactó el colegiado en su escrito.
Acta del encuentro entre el Cornellà y el Lleida / CG
Consultados testigos de lo ocurrido, ambas partes confirman la existencia del "golpe" que se recoge en el acta por parte del director deportivo de la UE Cornellà a su homólogo del Lleida aunque divergen a la hora de relatar cómo se produjo dicho contacto y la dureza --desde los locales lo describen como una "colleja" o "pescozón" sin más-- del mismo.
El Lleida denuncia al Cornellà
Sin acuerdo a la hora de valorar lo ocurrido, el partido pasará del césped a los juzgados. El director deportivo del Lleida Esportiu, Jorge Esteve, ha confirmado a Catalunya Ràdio que denunciará a su homólogo por lo ocurrido con un parte de lesiones, así como el propio club ilerdense también se querellará contra la UE Cornellà y el responsable de la agresión.
Lance del encuentro entre el Cornellà y el Lleida
A falta de nueve jornadas para que termine la competición, la tensión entre la UE Cornellà y el Lleida Esportiu estará más presente que nunca siendo ambos --junto al CF Badalona-- los únicos conjuntos catalanes, de los siete que participan, con opciones reales de acceder a la fase de ascenso que tiene como recompensa el pase al fútbol profesional.