El tuit del Espanyol lo dice todo: “Se queda”. Por suerte, porque el amistoso entre el Twente y el Espanyol ha estado a punto de jugarse solo 61 minutos por culpa de la actitud del árbitro holandés Bas Niljsjaus, que tras expulsar a Piatti decidió abandonar el terreno de juego tras las airosas protestas de los jugadores blanquiazules. Después de convencerlo ambos conjuntos, el colegiado salió de los vestuarios 15 minutos después y reanudó el partido.
La insólita reacción del árbitro, sorprendiendo a propios y extraños, fue al comprobar las airadas quejas de los jugadores blanquiazules, sorprendidos por la rigurosa tarjeta después de un partido sin ningún incidente. Aturdido por la situación, incluso zarandeado por Leo Batistao, Bas Niljsjaus levantó los brazos indicando los vestuarios ante los gritos de Quique Sánchez Flores.
Alta tensión
Convencido por los dos equipos que se habían trasladado expresamente hasta la frontera holandesa Sportpark Het de Viriezenveen para jugar el amistoso, el colegiado reanudó el partidio pero con una tensión que no había tenido hasta ese momento. Resultado de esto, en el minuto 77 expulsó al holandés Oosterwijk por una patada por detrás a Mario Hermoso. En el minuto 90 señaló el final con el marcador a cero. Pero eso, visto todo, fue lo de menos.
Se queda #RCDE pic.twitter.com/aUp6rTkZLH
— RCD Espanyol (@RCDEspanyol) 2 d’agost de 2017