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Leo Messi junto a Andrés Iniesta celebran el tanto del empate / EFE

La vieja guardia nunca falla

Andrés Iniesta y Leo Messi volvieron a ser protagonistas en Stamford Bridge nueve años después

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Si hace nueve años, superado el éxtasis del gol de Andrés Iniesta a pase de Leo Messi, alguien hubiera vaticinado que prácticamente una década después ambos protagonistas seguirían liderando las andanzas del Barça por Europa seguramente nadie le habría creído. Y con razón. Muchas son las cosas que han cambiado desde que el manchego realizara el 6 de mayo de 2009 ese tiro perfecto, inédito en su figura, al fondo de la portería defendida por Cech. Cinco entrenadores, con sendos estilos de juego, un trío de presidentes y el adiós de estrellas como Samuel Eto'o, Xavi Hernández o Neymar, fueron los cambios surgidos en un equipo campeón que todavía mantiene intacto a sus dos héroes.

En Londres, como hace nueve años, se han levantado con el recuerdo imborrable en su cabeza del festejo de los futbolistas azulgranas. De nuevo, estuvieron cerca. De nuevo, se quedaron a las puertas del triunfo. En la misma portería, la más cercana a Fulham Road, Andrés Iniesta y Leo Messi repitieron milagro. Un acto de fe rubricado en que el centrocampista, el menos esperado, fuera el encargado de recuperar el balón y que el argentino, que en nueve partidos nunca había logrado ver puerta ante los 'blues', acabara rompiendo una estadística tan insólita como sorprendente para un goleador que no entiende de colores ni rivales.

Gracias al enésimo hechizo de la dupla de siempre, la vieja guardia, el Barça volvió a demostrar que cuando más humano parece, mayor es la complejidad para aquellos que quieren hacerle caer. No cayeron los de Ernesto Valverde pero cerca estuvieron de hacerlo, como aquel equipo de Pep Guardiola que estuvo a tan solo unos segundos de ver como el fútbol le giraba la espalda negándole la que acabó siendo la segunda Champions de la historia culé. 

Los de siempre al rescate

Que el Barça haya hecho el mayor dispendio de su historia en el mercado de fichajes poco se notó sobre el césped de Stamford Bridge. Con Coutinho siguiendo el partido desde casa, Dembelé inédito, igual que el sábado en Ipurua, solo Paulinho formó parte de un once que rápidamente le señaló por su nula aportación. Los 300 millones que el club azulgrana ha abonado por estos tres futbolistas de nada sirvieron para derrocar un Chelsea que pudo salirse con la suya de no ser por aquellos que nunca fallan. Sus viejos enemigos.

Andrés Iniesta y Leo Messi después del gol del empate ante el Chelsea

Andrés Iniesta y Leo Messi después del gol del empate ante el Chelsea / EFE

En el caso del manchego, por más que se habla de su adiós o de su estado físico, ni la llegada de Coutinho ni tampoco la aparición de los llamados a ser sus sucesores (Denis Suárez, Rafinha o André Gomes) han podido impedir esa sensación tan aislada y característica que se produce cada vez que Iniesta coge el balón para liderar la ofensiva azulgrana. 29 partidos (2006 minutos) disputados en lo que llevamos de temporada son suficientes para saber que sin su fútbol el Barça será menos Barça por más que Leo Messi (38 partidos, 3213 minutos, 28 goles y 15 asistencias) se empeñe en hacer creer que lo bueno dura siempre.

Visto lo visto en Stamford Bridge, hacía bien César Azpilizcueta, capitán 'blue', en asegurar en la previa del choque que en Londres nadie había logrado olvidar aquella combinación Iniesta-Messi. Si todavía quedaba algún desmemoriado, el '8' y el '10' repitieron hazaña para recordar a toda Europa que una década después este Barça mantiene su empeño por conquistar el cetro de campeón al son de dos futbolistas a los que el tiempo solo ha confirmado que su talento es imperecedero.