¿Puigdemont? ¿Pedro Sánchez? ¿Laporta? La guerra política tras la cautelar que enfrenta a Tebas con el CSD
El triunfo 'in extremis' del Barça que permitirá a Dani Olmo jugar la final de la Supercopa contra el Real Madrid no tiene nada que ver con un favor del PSOE a Junts
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La cautelarísima del CSD que ha permitido al FC Barcelona la inscripción (provisional) de Dani Olmo y Pau Víctor ha levantado una increíble polvareda a nivel nacional. Ambos futbolistas podrán disputar la final de la Supercopa de España contra el Real Madrid (domingo 12, 20:00). La Liga prácticamente se ha alzado en armas para criticar la decisión del estamento gubernamental, que no les dio audiencia, ni a ellos ni a la RFEF, antes de publicar su resolución. El levantamiento de Tebas ha sido secundado por varios clubes de Primera como el Athletic Club, el Atlético, Las Palmas, el Espanyol y el Sevilla. Paralelamente, han empezado a circular teorías conspiranoicas que aluden a la amnistía y a los favores de Pedro Sánchez a Carles Puigdemont como justificación de lo que vendría a ser un trato de favor.
Principalmente desde la capital española, insinúan que el Gobierno de España se ha saltado las normativas federativas para beneficiar a Joan Laporta que, supuestamente, sería uno de los protegidos del presidente de Junts per Catalunya. Una historia rocambolesca que podría tener cierta razón de ser, pero que desde Culemanía podemos desmentir tras haber contactado con distintas fuentes conocedoras del caso. Sin embargo, que esta teoría no sea correcta no excluye la hipótesis de una incandescente guerra política. Una lucha de poder.
El argumento jurídico
El CSD ha decidido mojarse --y, ciertamente, no es la primera vez que favorece a los intereses de Laporta, que ya fue beneficiado en 2022 con la nueva legislación sobre los avales-- por distintos motivos. En primer lugar, hay un argumento jurídico de peso, relacionado con la norma 140.5 del Reglamento General de la RFEF, un artículo pensado para penalizar a los clubes que utilizaban indiscriminadamente las altas y bajas de licencias con futbolistas del filial o cedidos.
Desde el CSD, y en parte también desde la RFEF, conceden que el espíritu de esa norma consistía en proteger a los jugadores de prácticas poco éticas de los clubes. En ningún caso persigue perjudicar a dos jugadores cuya licencia fue dada de baja por una situación económica que fue resuelta tres días después de caducar su inscripción. Desde el Barça sostienen que no tiene nada que ver una baja voluntaria por parte de un club y una baja ordenada por una "disposición reglamentaria", aspecto recogido en el artículo 131.2 del citado reglamento federativo.
Guerras de poder
En segundo lugar, el hecho de que esa cautelar favorece a un futbolista indispensable en la selección española, Olmo, que se quedaría sin poder jugar con la Roja. Y, en tercer lugar, entran en juego las guerras de poder. Pero no las que afectan a Catalunya, sino las que se cuecen en Madrid.
El nuevo presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, mantiene una cruzada particular contra Javier Tebas. El presidente de la Liga va camino de acaparar el máximo poder del fútbol español, algo que nunca le ha permitido Florentino Pérez desde el Real Madrid, ni tampoco los últimos presidentes del Barça, Bartomeu y Laporta. Desde el Gobierno de Pedro Sánchez tampoco están a favor de que Tebas, cuyo salario oficial (fijo) supera los 2 millones de euros y con variables puede rondar los 6 kilos, acumule tanto poder.
Por este motivo, Tebas no ha dudado en disparar indiscriminadamente contra Uribes y también contra Florentino Pérez en cuánto ha estudiado la resolución del CSD: "Desde hace tiempo, el CSD —y en particular su presidente, dando las instrucciones oportunas— parece tener como objetivo desmantelar los sistemas que funcionan en la Liga y cuentan con el apoyo mayoritario de los clubes. El presidente del CSD parece escuchar una única voz, que no representa al fútbol profesional español. Y esa voz, curiosamente, guarda un silencio cómplice en este caso. ¿Dónde está ahora Real Madrid TV?".
"Decisión política"
El dirigente de la patronal del fútbol español, además, ha calificado el caso Olmo de "tragicomedia" y ha discutido públicamente con Toni Freixa y con el periodista Jorge Calabrés, de El Español, cuyas enganchadas en redes son muy habituales desde hace varios años. No se ha pronunciado, pese a las alusiones, el presidente del Real Madrid. Laporta, por su parte, recurrió a la gesticulación --con un corte de mangas antológico--, a las onomatopeyas en forma de rugidos leoninos y a una desafortunada sarta de insultos a la cúpula de la RFEF en el palco de Yeda, donde el Barça venció al Athletic Club.
La única persona que ha roto el silencio del Real Madrid sobre esta cuestión es el entrenador, Carlo Ancelotti, quien dijo que "hay que respetar las reglas". Eso mismo expresó el presidente del Athletic Club, Jon Uriarte, mientras Olmo y Pau Víctor estaban dados de baja. Una vez fueron dados de alta, pasó al ataque asegurando que se trataba de una "decisión política" y "esperpéntica". Esa misma lectura, la que sugiere una "decisión política" es la que compra Tebas y publican algunos diarios de la capital como El Mundo y El Confidencial. Pero no tiene que ver con Catalunya, sino con el PSOE --de quien depende el CSD-- y el PP, a cuyo partido están mucho más próximos Rafael Louzán (RFEF) y el propio Tebas.
La "amnistía" del PP
En el Partido Popular ha caído fatal la noticia de la cautelar y así lo ha manifestado Borja Sémper: "Esta decisión del gobierno, contra la norma y contra el criterio de la Federación y La Liga, es un trato de favor a un club y adultera la competición. Dudo mucho que esta amnistía se hubiera concedido a un club más pequeño". Una declaración que generó la reacción irónica de Puigdemont: "Y espérate cuando descubran lo que hemos pactado para el Girona".
Por su parte, Uribes también ha concedido una respuesta a Sémper. "Estimado Borja, ver para creer. Os escandaliza una cautelar (temporal por definición), que protege a un jugador excelente de la selección española, y no os inmutáis con la elección del nuevo presidente de la Federación condenado a 7 años de inhabilitación ¿Es porque es del PP?", comenta el presidente del CSD en alusión a Rafael Louzán, nuevo presidente de la RFEF. De su declaración también cabe destacar ese guiño a la condición de Olmo como pilar de la selección española.
Puigdemont, más lejos de Laporta
¿Y por qué no tiene razón el PP con su teoría conspiranoica del Procés? Motivos para creer en ella hay algunos. Por ejemplo, la 'ayudita' que la denominada policía patriótica de Catalunya, un sector de los Mossos d'Esquadra --varios de los cuales acabaron posteriormente trabajando en la seguridad del Barça, como Ferran López y Lluis Miquel Venteo--, echó a Laporta en 2021 cuando saqueó las oficinas del Camp Nou en busca de pruebas para imputar a Bartomeu por el Barçagate. El expresidente del Barça fue detenido y pasó la noche en el calabozo a modo de reprimenda, en una actuación escasamente frecuente en supuestos delitos económicos que, además, no han podido demostrarse. Cuatro años después, ni la investigación del Barçagate ha prosperado, ni tampoco la denuncia que Laporta interpuso ante la Fiscalía para investigar la gestión de Bartomeu en el Barça.
Sin embargo, Laporta no se ha portado tan bien con Puigdemont como para que éste le tenga que hacer favores. Desde Waterloo esperaban un Barça mucho más catalanista, más reivindicativo y más próximo al independentismo, como se mostraba el presidente en 2015. Seguramente, Puigdemont no imaginaba que alguien como Alejandro Echevarría, que fuera patrono de la Fundación Francisco Franco, se habría convertido en la mano derecha de Laporta.
Distancia con Sánchez, Illa y Collboni
Tampoco desde el PSOE le tienen una especial simpatía a Laporta. No consta afinidad alguna con Pedro Sánchez o su entorno más directo. Ni tampoco con Salvador Illa, ausente en el 125 aniversario del FC Barcelona, lo que generó un enfado morrocotudo de Laporta. El President evita a toda costa tener que sentarse con Laporta, hasta el punto de que ha evitado, por el momento, acudir al palco del club de sus amores, el Espanyol, porque ello le obligaría a tener que hacer lo mismo con el Barça.
Ni siquiera con Jaume Collboni y la alcaldía de Barcelona tiene buena sintonía Laporta. Aunque ambos han escenificado una aparentemente buena relación en público, la gestión de las instalaciones de Montjuïc ha desgastado mucho las relaciones entre el Barça y el consistorio. Desde el Ayuntamiento, de hecho, están deseando que se acaben las obras del Camp Nou, aunque David Escudé --que no se pierde un partido desde el palco-- ya ha manifestado que no lo pondrán fácil con las licencias. Laporta tiene cada vez menos amigos fuera del Barça --a excepción de países como Qatar, Emiratos Árabes, Arabia Saudí, Mongolia, Israel o Azerbaiyán-- y dentro del Barça tiene cada vez menos profesionales. La fuga de talento es caudalosa desde hace cuatro años y, tal vez, uno de los pocos aliados que le queda al presidente del Barça es, precisamente, su mayor enemigo deportivo: Florentino Pérez.