El Real Madrid tuvo que sobrevivir a una auténtica odisea para llegar a Pamplona, donde este sábado disputarán, si el tiempo lo permite, su partido ante Osasuna en el Sadar. Los blancos tenían programado este viernes por la noche un vuelo hacia el norte de España. No obstante, el temporal Filomena acorraló a la capital, y también a los hombres de Zidane.
El equipo madridista se vio obligado a estar durante tres horas encerrado en el avión. Su vuelo estaba previsto a las 19:00, y cuando todo hacía indicar que se suspendería por la brutal nevada, finalmente el piloto se decidió a despegar hacia las 23:00 horas, después de hacer todo lo imposible para que no hubiese ningún riesgo.
Una decisión surrealista, teniendo en cuenta que las pistas de Barajas estaban cerradas. El avión del Athletic de Bilbao, que juega este sábado en el Wanda Metropolitano, no pudo aterrizar en la capital. En cambio, el Madrid de Florentino Pérez sí obtuvo el permiso para despegar dirección a Pamplona.
Según avanzaron varias fuentes madrileñas, los jugadores merengues están muy molestos con la Liga, al obligarles a viajar cuando las condiciones meteorológicas no eran las adecuadas. Ahora, faltará saber si el partido finalmente se disputará a las 21:00, tal y como estaba previsto y teniendo en cuenta el riesgo evidente de frío y nieve; o acaba posponiéndose al domingo.