Sandro Rosell ha sido encarcelado 21 meses en régimen de prisión preventiva y resulta que no ha cometido ningún delito. Le han robado 643 días de su vida que ya nadie le devolverá.

Lo que han pasado él, su mujer, sus hijas, hermanos, padres y amigos debe haber sido una pesadilla. Rosell pidió hasta 16 veces la libertad y nunca se le concedieron. El expresidente del Barça sólo quedó libre tras declarar en el juicio porque, entonces, había desaparecido el riesgo de fuga.

El de Rosell ha sido un periodo récord de encarcelamiento preventivo que no se puede entender desde el punto de vista jurídico ni humano pero por suerte se ha hecho justicia: Rosell queda libre de cargos y eso que nos lo habían pintado como al auténtico malvado de la película.

Ayer fue un día muy feliz para Sandro y todo el barcelonismo en general. Es momento de seguir limpiando su nombre y que ahora pida una indemnización por la vía administrativa, por el mal funcionamiento de la justicia, o que ponga en marcha la vía penal contra la juez Carmen Lamela con una querella por prevaricación. Hay que encontrar y castigar a los responsables.

De Liga en Liga y gano porque me toca

La octava Liga en once temporadas, la cuarta en cinco años, un dato brutal que demuestra la tiranía azulgrana de los últimos campeonatos.

Hay que celebrarlo como es debido, que se llene Canaletes, ¡que el culé se vaya a dormir tarde, muy tarde! Una Liga no se consigue todos los días y esta tiene mucho mérito. Mérito de Valverde que ha sabido ir tocando todas las teclas del equipo sin desafinar en ningún momento la sinfonía. Mérito de estos jugadores encabezados por Leo Messi que están causando el pánico y provocando muchas pesadillas en la Meseta Central.

Esperemos que la Liga sea el primero de los tres títulos que están por llegar. La Copa y la Champions redondearían la temporada pero no desprestigiemos el campeonato doméstico. Es el título más preciado para los profesionales del fútbol. 

Y por cierto, a Messi no le bastará con el triplete, Messi también quiere la Bota de Oro. Se la está jugando con Mbappé y mucho me temo que aunque la Champions esté en juego, el argentino no descansará. El pequeñito tiene hambre y siempre quiere más.

Aleñà es un cabezón

'Capgròso cabezón, así se denomina a los habitantes de Mataró. Carles Aleñà, nacido en la capital del Maresme y criado en el pueblo vecino de Argentona, también lo es. Lo ha demostrado a base de trabajo, constancia y sobretodo buen rendimiento. 

Una inoportuna lesión lo apartó al inicio de temporada pero lejos de querer marcharse cedido en el mercado estival, decidió dar un paso atrás para coger impulso con el filial. El centrocampista formado en La Masía tiene el sello de la casa y se le ve  un jugador poco común. Con la naturalidad y la solvencia impropias de un chaval de 21 años ha demostrado tener un instinto goleador innato que lo convierte en la última perla de la Masía

Aleñá sigue creciendo a una velocidad vertiginosa, siempre que juega aprovecha los minutos, no se hace ver con extravagancias ni tampoco rompe la hegemonía del equipo corriendo riesgos innecesarios. Aleñá ya es una realidad y a Valverde se le plantea un bendito problema. El futuro ya está aquí.