Hay una nueva hornada de representantes de jugadores de futbol muy diferente a los clásicos con los que nos hemos acostumbrado en los últimos tiempos. Por ejemplo, el gran Josep Maria Orobitg, que representa a Sergi Roberto y Sergio Busquets, o Arturo Canales, en su momento al lado de Gerard Piqué, poco tienen que ver con los actuales.

En el panorama representativo tenemos a los managers clásicos, las empresas profesionalizadas y las familias de los futbolistas. Nos quedan dos especies. Una es el manager que, demasiadas veces, es más protagonista que el propio futbolista que representa. Y me entenderéis con un claro ejemplo: Jorge Mendes. Actualmente, quien un día llevaba a Cristiano Ronaldo, ahora tiene para él la cartera de Ansu Fati. Con perfiles como Mendes todo es posible y, ahora que el ventilador para colocar al pobre Ansu está en marcha, este representante portugués es capaz de venderlo a cualquier sitio sacando lo imposible. Está tan bien conectado que le deben muchos favores y personajes como él hay muy pocos en el fútbol actual.

Y llegamos al último perfil con el que me he inspirado para hacer este artículo. Los representantes poco talentosos o que se piensan que están por encima del bien y el mal. Supongo que con la crisis de desprestigio que vive el periodismo deportivo, cada vez más alejado de los futbolistas, hay manga ancha para actitudes poco deseables. Aun así, considero que lo que nos queda es poner encima de la mesa a estos personajes y retratarlos. En este caso también tenemos ejemplos destacados. Me refiero a Ferran Torres y su manager Héctor Peris, pero sobre toda la agencia del futbolista. Peris, por ejemplo, cargó contra el staff de Xavi por la recaída de Pedri, a quien también representa, por entender que forzaban su recuperación y le impidieron que pudiera jugar con España. Es totalmente indignante e incluso irónico que se atrevan a decir que por culpa de la presión mediática han destrozado al pobre Torres.

Es evidente que no es un jugador para el Barcelona y el problema ya venía de serie. Lo mismo han hecho con la selección española, donde han demostrado su rechazo con el actual seleccionador Luis de la Fuente por no contar con él. No decían lo mismo cuando era el yerno preferido de Luis Enrique. Y para terminar, otro ejemplo que he vivido en primera persona. La empresa de management (no me refiero ni a su representante directo) de Pablo Torre. He vivido en primera persona cómo me han escrito whatsapps directamente, sin presentarse y cuestionando mi profesionalidad, por un artículo que no les gustaba… Mal iríamos si los periodistas acabamos cediendo a este entorno.