Cuando te dicen “es que necesitas minutos para seguir evolucionando”, echa a correr. Este sería mi humilde consejo para todos aquellos futbolistas azulgranas que, cuando ha llegado la hora, no han tenido los suficientes minutos que esperaban en el primer equipo del Barça. De modo más reciente ya pasó con Carles Aleñá… Y con tantos otros, ahora no quiero poner el foco en uno concreto. Pero si vamos a la actualidad más inmediata, el problema de esta justificación la tiene, en estos momentos, Pablo Torre.

Los cantos de sirena suenan a que podría marcharse cedido en este mercado de invierno, algo demasiado complicado por la presidencia de Joan Laporta. Aun así, esta operación es perfectamente factible y podría derivar al joven hacia el Valencia, el Villarreal, el Celta de Vigo o el Almería. Pase lo que pase, hay una evidencia: Pablo Torre, de momento, ha decepcionado.

Y explico el por qué. Xavi considera que no ha sabido aprovechar las oportunidades que le ha dado. Escasas, pero las ha tenido. La más importante, el partido contra el Ceuta que dio el billete a cuartos contra la Real Sociedad en Copa del Rey. Tampoco se esperaba que fuera la pieza determinante. Pero, contra el peor equipo de la competición actualmente, firmó un partido que brilló por la ausencia, aunque fuera, de una mísera jugada que nos diera un aliento de futuro.

También hay una doble lectura en las declaraciones de Xavi sobre la marcha de Memphis Depay cuando ha tocado el tema, de forma subliminal, en las últimas ruedas de prensa. Como buen entrenador, siempre ha reclamado un recambio. Sabemos que la ausencia de Depay es imperceptible porque su legado es prácticamente nulo. Pero eso no significa que el de Terrassa no tenga ambición para rellenar la delantera. Lo último que dijo es que, si hacía falta, se fijaría en el B, saltándose un nombre propio tan destacado como el de Pablo Torre.

Y un último detalle que me lleva a entender que se medite en una cesión o que Xavi esté un punto decepcionado: a Pablo Torre le hace falta poner orden en su vida. Lo han encumbrado demasiado pronto, se lo ha creído y necesita un poco más de humildad para ganar un plus de concentración en su día a día. Mientras que otros chavales como Gavi o Eric parecen valorar las oportunidades, Pablo Torre está más distraído con el entorno, las fiestas y los aplausos ficticios. Pablo, estás a tiempo: para y escucha.