En cuanto Joan Laporta anunció su aspiración de volver a presidir el Barça no tuve la menor duda en escribir que ganaría las elecciones. Llegado el día D tengo mis dudas sobre esa afirmación. Visto el último debate creo que el Laporta de hoy hubiera perdido claramente con el Laporta del 2003. Entonces su discurso, junto con su equipo de jóvenes yuppies que se comían el mundo y estaban dispuestos a dar los mejores años de su vida, arrollaba, era rupturista, a diferencia del de hoy que se fundamenta en un pasado en el que solo expone lo bueno y se olvida de lo malo. Un pasado que en la vida de pareja puede que tenga crédito o garantías de volver a ser exitoso, pero en el fútbol ni Silvio Berlusconi reverdeció laureles. Exponer en la vitrina de ese discurso las Champions, las Ligas, las que no ganó el Madrid, el mejor equipo del mundo, es muy bonito y tiene gancho, pero en el fútbol lo que fue no representa un aval fiable.

Víctor Font tuvo un comienzo prometedor, pero al igual que ese tenista que tiene que pasar varias rondas clasificatorias para entrar en el cuadro final y llega extenuado al último partido, el candidato de Sí al Futur se quedó sin batería. Laporta ralló el disco del “yo he ganado”, pero Font llegó sin frescura. Envejeció en el camino. Se agotó. Le faltó cintura y habilidad para contrarrestar el ataque de Laporta cuando le decía “mientras tu hacías power-points, yo ganaba Champions”. Extraño, que un hombre como Font, que trabajó con Ferran Soriano y Marc Ingla, no le contestara “ganaste gracias a los power-points de esos dos grandes”. Font se perdió en el camino y también en cuanto introdujo en su equipo a un personaje como Marc Duch, vengativo y rencoroso, y mentiroso también.

A Toni Freixa no le di ningún crédito al principio, pero el candidato de “Fidels al Barça” evolucionó hasta llegar a convertirse en una verdadera alternativa. Los ataques recibidos en las redes por el entorno de Laporta seguramente han contribuido en el progreso de Freixa, que ofrece su fidelidad al club como bandera, el mantenerlo independiente del acoso político o de cualquier otro tipo.

En las preguntas, tanto Freixa como Font se olvidaron de contraatacar a Laporta en el tema Messi. Jan, muy listo, aseguró que si él es el presidente Messi seguirá en el Barça, pero que si salía Freixa o Font, Messi se iría. La pregunta de los “F” estaba cantada: ¿A qué se compromete usted con la masa social del Barça si Messi no se queda siendo usted elegido presidente? ¿O es Messi su David Beckham del 2003? Voten y elijan al que crean mejor, pero no se dejen engañar. Se trata del futuro del Barça.