Como personaje, Piqué siempre me ha parecido fascinante. Es demasiado difícil separar la faceta profesional de su personalidad y, aunque como todos, tenga luces y sombras, es innegable que no le quedaba ninguna salida más que su marcha del FC Barcelona.

El tema era el cuándo y la situación se había convertido en un infierno tan grande para él que ha aplicado la conocida frase de “una retirada a tiempo siempre es una victoria”. He sido muy crítica con Piqué y, a partir de aquí y limitando mi trabajo al de informar, voy a intentar desgranar punto por punto algunos interrogantes que se abren sobre él a partir de ahora.

Dejo para otros, o quizás para más adelante, el retrato que Piqué se merece como personaje donde aflorará más literatura que información…Es lo que ahora mismo todos buscamos. Así que manos a la obra:

● La presión de la directiva de Joan Laporta ha podido con él. Es bien cierto aquello que dijo el presidente con la marcha de Leo Messi: “El club siempre está por encima de cualquier jugador”. Y tan válida era la afirmación para el argentino, como para el de La Bonanova. La maquinaria del club, en los últimos tiempos, tenía la intención de llevar al límite de la presión a Piqué y lo ha conseguido. Se puede llegar a tildar de mobbing mediático y, sin victimizar a nadie, Gerard nunca se hubiera pensado que el club de su vida, un buen día, le daría una patada sin precedentes.

● ¿Qué pasa con su contrato? Si bien es cierto que renuncia o deberá llegar a un acuerdo sobre el contrato que tiene en vigor para esta temporada, no debemos olvidar todo el dinero en diferido que el Barcelona le debe de temporadas anteriores. Hay muchos millones en juego y Piqué, estos, no los perdonará. Normal.

● Sus negocios hacen aguas. Ya podemos confirmar que su socio en el principal negocio que ahora tiene entre manos, la Copa Davis de tenis, lo abandona el año que viene. Me refiero a Hiroshi Mikitani de Rakuten. Gracias a Shakira conoció a este empresario japonés que confió en él ciegamente por la referencia que le dio la cantante y por su amor al fútbol y a Barcelona. Però Mikitani ha probado la miel del fracaso con Piqué: primero esponsorizando la camiseta del Barça sin réditos optimizados y segundo con la Copa Davis que con el nuevo formato ha hecho aguas. El gran interrogante es saber cómo Piqué sufragará la competición que todavía tendrá entre sus manos el próximo 2023.

● Dice que volverá, ¿pero cómo? El final de su vídeo es espectacular: mira al palco y se despide abriendo la puerta a la continuidad con el club azulgrana. Se deduce claramente por el plano que busca la presidencia, en un futuro no muy lejano, del Barça. La vida da muchas vueltas, demasiadas, pero ahora mismo lo tiene muy difícil. El Barcelona está condenado a convertirse en una sociedad anónima si quiere salvarse y esta transición la hará un Laporta que, como es lógico, no abrirá las puertas a tener rivales directos. Con un Barça en modo SAD, los socios y socias ya no deciden nada y, por lo tanto, Piqué parece que puede aspirar a ser más un presidente teórico que de facto.

● El mejor final posible. Aunque lo hayan empujado por tierra, mar y aire al anuncio repentino (aquí también incluyo a Xavi), se debe aplaudir la capacidad creativa y propositiva con la que ha dicho adiós. En los últimos tiempos, los grandes futbolistas de la última mejor época del Barcelona han tenido despedidas aburridas, “cutres” o directamente invisibles. A Piqué no le ha faltado imaginación y ha marcado un precedente con su relato publicado en redes sociales. El vídeo es excelente y esto demuestra el buen equipo con el que se rodea en Kosmos, aunque de momento no obtengan los beneficios esperados. Mención especial para Oriol Querol, director general del apartado de producción audiovisual de su empresa, y un gran periodista con un largo recorrido previo, entre otros, con Jordi Évole en Salvados.

Y dicho esto, desearle suerte y éxitos. Pasar del todo a la nada y no llevar bien el cambio de paradigma no es fácil, pero Gerard Piqué tiene el reto de reciclarse a partir de ahora.