Muchos quisieron vender que Laporta sería la solución a todos los problemas del Barça. Pues resulta que al no retener a Messi, incumpliendo su promesa electoral, ha propiciado que el argentino acabara en el PSG y ahora el club parisino, al verse obligado a rebajar su masa salarial, es muy probable que acabe vendiendo Mbappé al Real Madrid aunque haya rechazado la primera oferta blanca de 160 millones. Una jugada maestra de Florentino: convenció a Laporta de no firmar con la liga el acuerdo con CVC que hubiera significado un ingreso de 270 millones para el Barça que podría haber destinado en parte a renovar a Messi.

Aunque, en realidad, los hechos demuestran que Laporta nunca tuvo la intención de retener a Leo porque si el problema era el límite salarial lo más lógico hubiera sido acordar las rebajas salariales con los capitanes que se están produciendo ahora antes de decirle adiós al argentino y no después. Además, Tebas ya había dado luz verde a su inscripción.

Es absolutamente incongruente decirle ahora a los representantes de los futbolistas que la rebaja es obligada debido a “que la pérdida de ingresos del club por el COVID hace insostenible esos salarios” y, al mismo tiempo, Laporta minimice el impacto negativo del covid cifrándolo en solo 91 millones de los 487 millones de pérdidas de esta temporada. No se aclara. Y se rumorea que Cristiano Ronaldo puede acabar en el City, pero tranquilos que el Barça ya fichó al Kun Agüero, quien por cierto todavía no ha podido debutar ni ser inscrito en la liga.

Si la economía del Barça es tan dramática, ¿por qué Laporta estuvo reunido con Mino Raiola para fichar a Haaland, se pasó 5 meses diciendo que la renovación de Messi iba muy bien y aseguró que se harían 3 o 4 fichajes más a parte de las incorporaciones a coste cero que ya estaban planificadas con Bartomeu?. En mayo, tras perder la liga, Laporta diagnosticó un final de ciclo y anunció una revolución en la plantilla. Tres meses después, se quedan las vacas sagradas, siguen los jugadores descartados por el entrenador y el que se ha ido es Messi. Y muy probablemente, también se produzca la marcha del centrocampista joven con más proyección del fútbol mundial, Ilaix, cuyo caso está siendo muy mal gestionado. Es un activo del club con un gran talento que ha costado mucho formar. O lo renuevas o lo vendes pero apartarle, castigándole públicamente en el juvenil y explicándole al mercado que estás enfrentado a él, es depreciarlo económicamente.

Decían que con Laporta el Barça sería más respetado en las instituciones y que los árbitros dejarían de perjudicarle. La realidad es que el club azulgrana está enfrentado a La liga y a la UEFA, y en San Mamés el colegiado Martínez Munuera le birló un gol legal al señalar una supuesta leve falta de Braithwaite, pitando cinco segundos después de dejar continuar la jugada con dos acciones más, el error del portero en el despeje y la chilena de Araujo, y señalar al ver que la jugada acababa en gol cuando en las faltas en ataque nunca se deja continuar el juego. Ni una sola queja institucional. Perjudicados, calladitos y para casa.

Y lo de las entradas del Camp Nou es un escándalo injustificable. Para el partido Barça-Getafe el club puso a la venta las entradas para el público en general antes de satisfacer la demanda de los abonados que, a tres días del partido, no saben si deberán entrar en un sorteo. En cualquier club, y más con las restricciones de aforo del Covid, los que primero deberían tener asegurada la entrada son los socios abonados que ya pagaron su asiento y que, con este sistema, no pueden planificar el fin de semana con la familia porque no sabrán hasta 24 horas antes si el club les respetará su derecho a asistir a su estadio. Los dirigentes dicen que depende del aforo que decida el Procicat de la Generalitat. ¿De verdad, alguien se cree que este organismo no puede decidir el aforo permitido con una semana o 10 días de antelación cuando el Ministerio de Sanidad permite el 40% de aforo en los estadios españoles?.

Ninguneo al socio, al abonado y también al peñista. El club ha rescindido unilateralmente el convenio con la Confederación Mundial de Peñas cuando el propio Laporta se comprometió, estampando su firma como candidato en Enero, a respetarlo. Es un presidente que no cumple su palabra con la gente del Barça, con un colectivo que agrupa 170.000 barcelonistas. Si querían saber el funcionamiento o a qué se destinaba el presupuesto se requiere, se negocia y se habla en lugar de prohibir la entrada al club a sus dirigentes y enviar un burofax rescindiendo el convenio, que además, contemplaba el deber de un preaviso de 2 temporadas.

Y lo del Espai Barça es otro escándalo de grandes dimensiones. En el referéndum de 2014 se aprobó la reforma integral con un presupuesto de 615 millones de euros, que tras cinco años de negociación con vecinos, partidos políticos, ayuntamiento y Generalitat se incrementaron en 200 millones, debido, principalmente, a los gastos de urbanización de las calles del entorno del Camp Nou y del Johan Cruyff Estadio que el club ha tenido que asumir a cambio de que el Ayuntamiento le diera más metros de techo edificable, y eso antes de las complejas negociaciones con el Ayuntamiento no se podían contemplar.

Ahora llega Laporta y en 3 meses filtra a la prensa que el coste del Espai Barça pasará de 800 a 1200 millones. Así, 400 millones más de un plumazo, y sin ninguna justificación. Increíble.