Los jugadores del Aston Villa, lamentando una acción | EFE

Los jugadores del Aston Villa, lamentando una acción | EFE

Culemaníacos

Castigados sin Comunio, la última prohibición en la Premier League

Los clubes quieren evitar que sus propios futbolistas dejen al descubierto los problemas físicos de algunos compañeros

26 febrero, 2021 20:21

Decisión surrealista y sin precedentes la que ha tomado el Aston Villa de la Premier League. El club de las West Midlands ha prohibido a sus futbolistas participar en la Liga Fantasy de la Premier, después de que se filtrara la lesión de Jack Grealish cuando integrantes de la plantilla lo quitaron de sus equipos.

No es el primer precedente de futbolistas que dejan al descubierto los problemas físicos de algunos compañeros, y por tanto acaban filtrando la noticia. Andy Robertson, a principios de febrero, vendió a Sadio Mané días antes de jugar contra el Brighton & Hove Albion, partido que el senegalés no jugó, mientras que varios futbolistas del Leicester City transfirieron a Jamie Vardy hace unas jornadas antes de que el delantero inglés se perdiera cuatro partidos por lesión.

Jack Grealish, nuevo jugador del Manchester City, en un partido con el Aston Villa / EFE

Jack Grealish, nuevo jugador del Manchester City, en un partido con el Aston Villa / EFE

Jack Grealish, en un partido con el Aston Villa | EFE

El Villa es el primer club que toma esta decisión impopular, pero podría no ser el último. Y es que otros equipos podrían seguir sus pasos, ya que los movimientos de sus futbolistas, y también de integrantes del cuerpo técnico y trabajadores de la entidad, están evitando la sorpresa en muchas alineaciones. 

Bots que lo controlan

Y es que a esto hay que sumar que existe un bot que, a través de una cuenta de Twitter ubicada en Noruega, pone un tuit cada vez que un jugador de un equipo real de la Premier League realiza un cambio en su plantilla, con lo que es sencillo saber cuándo un futbolista no va a disputar un partido.

Las nuevas tecnologías empiezan a hacer mella y desestabilizar al fútbol profesional. Una decisión que ha empezado a Inglaterra, pero que podría no tardar en llegar a otros países, si los entrenadores consideran que esto acaba perjudicando a su plan de partido.