Ferran Jutglà, celebrando uno de sus últimos goles con el filial del Barça / FCB

Ferran Jutglà, celebrando uno de sus últimos goles con el filial del Barça / FCB

Culemaníacos

El Barça B no renuncia al sueño del ascenso

Dos goles permitieron al filial azulgrana ganar otro partido en la Primera RFEF

9 abril, 2022 20:58

Nueva realidad dentro del Barça B. El filial azulgrana ha pasado de sufrir enormemente en la Primera RFEF a cosechar un triunfo tras otro. La nueva victoria (2-1) de los dirigidos por Sergi Barjuan arribó ante el Villarreal B, uno de los clubes más competitivos de la categoría. Los goles de Jutglà y Aranda fueron suficientes para que la afición barcelonista pudiera celebrar el cuarto triunfo consecutivo de los culés. Ahora el equipo se encuentra cada vez más cerca de los puestos de playoffs para el ascenso a la Segunda División.

Jutglà vuelve a responder

El compromiso inició con mucho ritmo de juego. Los dos equipos buscaron claramente el arco contrario, por lo que se produjeron diferentes oportunidades de cara a abrir el marcador. Si bien el equipo de Sergi Barjuan tuvo mucha continuidad en ataque, le estaba costando ese último pase para definir las acciones. Aún así, resulta destacable la mejoría de los jugadores con respecto a otras jornadas, debido a que ahora se percibe mayor fluidez en las jugadas.

Todo cambió radicalmente en los pocos segundos de la segunda mitad. Ferran Jutglà volvió a mostrar su determinación en ataque, tras marcar un gran gol (’47) para adelantar a los suyos. En los minutos posteriores, el elenco culé tuvo a disposición más espacios para aumentar la ventaja, pero faltó calma en esas ocasiones. Eso permitió que el Villarreal B agarrara más confianza, lo cual terminaron por capitalizar con el gol (’60) de Nicolas Jackson.

Gol de la celebración

Cuando el escenario parecía complicado para el Barça B, un contragolpe surgió para cambiar el resultado a favor de los culés. La jugada inició de manera explosiva con un Antonio Aranda que mezcló a la perfección con Peque, que mandó centro mortal al área. Ese balón no pudo ser conectado por Jutglà, pero el rebote fue hábilmente aprovechado por el propio Aranda (’73) para devolver la alegría de los aficionados presentes en el Estadi Johan Cruyff.