Un bebé recién nacido sobre la palma de la mano de su padre / CG

Un bebé recién nacido sobre la palma de la mano de su padre / CG

Sucesos

Venden a su hijo recién nacido al quedarse sin trabajo por el coronavirus

Se lo dieron a otra mujer a cambio de un collar, un brazalete de oro y algo más 20.000 euros para poder pagar los plazos de la hipoteca y las cuotas del coche

11 noviembre, 2020 17:48

El coronavirus ha supuesto una crisis económica sin precedentes y a nivel global. Una situación por la que muchas personas se han visto obligadas a sacar lo peor de ellos mismos o han recurrido a medidas desesperadas para superar el bache.

Un episodio de estas características se ha vivido ahora en China, donde un matrimonio ha vendido a su bebé recién nacido después de que el padre del pequeño perdiera el trabajo por culpa de la pandemia. Un acto que la justicia china podría castigar incluso con la pena de muerte.

Quería pagar sus deudas con la venta

Un hombre convenció a su mujer para vender a su bebé al no poder hacerse cargo de los recibos pendientes, debido a que no encontraba trabajo por culpa de la crisis sanitaria causada por el coronavirus. Lo vendieron a otra mujer china a cambio de un collar, un brazalete de oro y algo más de 163.000 yuanes --20.000 euros--.

Con ello, el progenitor pretendía poder pagar los plazos de la hipoteca y las diferentes cuotas del coche que tenía pendientes, pero las autoridades del país asiático frustraron sus planes al descubrirlo todo. Una patrulla policial interrogó a la compradora al levantar varias sospechas mientras viajaba en un tren. Al principio aseguró que lo había adoptado, pero luego confesó que el bebé era comprado.

Están acusados por tráfico de menores

Desde ese momento, las autoridades policiales iniciaron una investigación que finalizó con el arresto de los padres del recién nacido, acusados de un delito de tráfico de menores. Un acto que, en China, se considera muy grave y está penado con entre cinco y 10 años de cárcel.

Pero eso no es lo peor que les podría pasar. Y es que, si la justicia china lo considera oportuno, ambos podrían ser condenados a cadena perpetua o, incluso, a la pena de muerte. Mientras, ambos se encuentran en dependencias policiales a la espera de ser procesados.

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