Majid Khann (41) exintegrante del grupo terrorista Al Qaeda, y preso en la base estadounidense de Guantámo (Cuba) desde hace más de dos décadas, fue condenado este viernes a 26 años de cárcel tras declararse culpable de haber ayudado a la organización islámica.
Durante el juicio, el hombre nacido en Arabia Saudita, y criado en Pakistán hasta los 16 años, pudo leer una carta escrita por él mismo donde denunciaba haber sufrido violaciones por parte de los médicos de la CIA. En dicha misiva, asegura que en la base cubana se le practicó la alimentación anal, le introdujeron lavativas de forma reiterada, le manosearon y le hoicieron fotos desnudo, entre otras muchas vejaciones.
Las torturas
Asimismo, en su relato, Khan reveló al tribunal militar --integrado por ocho oficiales-- cómo eran las condiciones a las que tuvo que se enfrentaba a diario. "No tenía acceso a un baño, ni electricidad, ni siquiera a un cubo, por lo que estaba obligado a hacer mis necesidades en una esquina de la celda. Cuanto más cooperaba, más me torturaban", explicó.
Además, el detenido reveló las tortuosas prácticas a las que fue sometido, así como las consecuencias que sufrió al ser víctima de ellas. En este sentido, recuerda haber sido colgado de cadenas y haber sido sometido a episodios de inmersiones prolongadas en agua helada en las que, en más de una ocasión, llegó a perder la conciencia y la noción de la realidad.
Puesta en libertad
Sin embargo, pese a que el fallo judicial recoge que el reo será penado a 26 años de cárcel, lo cierto es que la condena a cumplir será mucho menor dada su colaboración con las autoridades estadounidenses: en febrero de 2012, Majid ya reconoció su vinculación con la rama de islamistas radicales.
Desde entonces, ha rechazado de forma pública a la banda terrorista y ha condenado el terrorismo. Por todo ello, se espera que sea puesto en libertad entre febrero de 2022 y febrero de 2025.
