La obsesión por el tamaño del pene puede tener consecuencias peligrosas. Pregunten a psicoanalistas o miren lo que ha pasado le ha pasado a Martin un hombre que a muerto por ese complejo.
La víctima, un alemán de 32 años, conoció a Torben K, un supuesto médico de 46 años, a través de una app de citas. Todo iba bien, pero Martin se puso celoso por el tamaño de su miembro.
El amante asegura que el fallecido le pidió que le inyectase silicona para tener el pene más grande. Lo hizo confiando en Torben, quien ofrecía este tipo de tratamientos en redes sin tener título por 220 euros la inyección.
Martin pidió el tratamiento y su amante no tuvo problema en hacerlo. Fueron al apartamento del treintañero y le inyectó allí aceite de silicona.
Al cabo de poco, Martin fue trasladado al Hospital Universitario de Giessen (Alemania) con problemas respiratorios, su sistema inmunitario reaccionó a la inyección provocando una sepsis. Paso varios meses en la uci a causa de los problemas derivados de la inyección.
“Desafortunadamente, el aceite de silicona terminó en el torrente sanguíneo de la víctima. Esto llevó a graves complicaciones de salud y, finalmente, a su muerte”, afirma el fiscal. Torben alega que cumplió la voluntad de su amante, pero ahora se enfrente a un juicio por homicidio.