Los ciudadanos de la aldea Canich, en el municipio Colotenango, en Guatemala, se han tomado la justicia por su manos. Unas seis mil personas rociaron con gasolina y quemaron vivos en una turba a tres hombres acusados del secuestro y del asesinato de un niño de once años. Finalmente, los asesinos murieron calcinados.
Todo empezó cuando los hombres secuestraron al menor el pasado 11 de agosto cuando este se dirigía al colegio. Así las cosas, pedían un rescate de 100.000 quetzales (13.300 euros) por el niño, aunque sus padres solamente lograron reunir la mitad de dicha cantidad.
La policía no hizo nada
Al no poder pagar todo lo que exigían, los secuestradores asesinaron al niño y lo enterraron en una fosa séptica de aproximadamente tres metros, donde fue encontrado su cuerpo. Cuando fue conocido el caso, un grupo de pobladores de diferentes caseríos buscaron e identificaron a los delincuentes y los entregaron a la policía.
Sin embargo, los hombres nunca llegaron a los juzgados, ya que fueron arrebatados por la turba que después decidió organizar la fogata para matarlos. Según apuntan los testigos, la policía no hizo nada para detenerlo debido a la brutalidad de la situación. Así las cosas, la Fiscalía Distrital de Huehuetenango se encuentra investigando el caso.