Una jueza británica ha autorizado que Archie Battersbee, un niño de 12 años que sufre daños cerebrales, deje de recibir tratamiento al encontrarse en “muerte cerebral” sin posibilidades de recuperación. Ahora la disputa se centra entre la familia, quien asegura que el pequeño está respondiendo a música y a olores y, en consecuente, podría despertarse, y los médicos, que tienen potestad legal para detener en cualquier momento sus cuidados.
Por todo ello, Hollie Dance y Paul Battersbee, progenitores del menor han recurrido el fallo de la magistrada al Tribunal Superior de Justicia Británico mientras su hijo continúa hospitalizado en el Royal Hospital de Whitechapel, al este de Londres.
Los padres aseguran que su hijo responde a olores
Archie se encuentra hospitalizado desde el pasado 7 de abril, cuando fue hallado por su familia en estado inconsciente. Al parecer, el joven sufrió un accidente doméstico cuando intentaba realizar un reto de TikTok. Desde entonces, permanece en la unidad de cuidados intensivos, con respiración asistida.
Si bien sus padres quieren evitar de cualquier forma que le desconecten, ya que su corazón sigue latiendo. En esta línea, aseguran que el menor ha reaccionado después de que le pusieran música de meditación profunda y un ramo de lavanda debajo de la nariz para estabilizar su presión arterial: “En 10 minutos su presión arterial bajó a niveles normales”, han declarado al diario Daily Mail. Ambos mantienen la esperanza de que su hijo se despierte en algún momento.
La juez autoriza a los médicos a desintubarle
Con todo, el dictamen de la titular Emma Arbuthnot es claro. La magistrada da permiso a los profesionales sanitarios del Royal London Hospital para cesar la respiración mecánica a Archie.
Asimismo, también ha autorizado el cese de la administración de medicamentos y a no intentar ninguna reanimación cardíaca o pulmonar, cuando la potencia cardíaca o los esfuerzos disminuyan, pues considera que el único desenlace probable es “la muerte repentina”, ya que a tenor de los informes, “las perspectivas de recuperación del niño son nulas”.