La Policía Nacional busca a los autores de una violación grupal a una menor de 12 años en una casa en ruinas de Burjassot (Valencia). Otra niña, amiga de la víctima, también habría sufrido abusos por parte de uno de los individuos. Ambas habían quedado con unos desconocidos que habían conocido por Instagram.
Las agresiones tuvieron lugar a última hora de la tarde del lunes 16 de mayo. Al parecer, una de las menores logró avisar en tiempo real a una tercera adolescente de lo ocurrido. De hecho, fueron los padres de esta quienes pusieron en conocimiento de las autoridades los hechos.
Localización de las menores
Un amplio despliegue de efectivos policiales llevó a cabo diferentes batidas por el municipio y el resto de localidades colindantes, hasta que finalmente, las dos víctimas, vecinas de Horta Nord, fueron localizadas en torno a las 23 horas. Según informa Levante EMV, una de ellas se encontraba ya en su propio domicilio, y la otra cerca del suyo.
La Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional se ha hecho cargo de las investigaciones para identificar y detener a los agresores. Los agentes de esta unidad han tomado ya declaración a las dos jóvenes en presencia de sus padres. Si bien ambas han reconocido que accedieron a la cita con los desconocidos por voluntad propia.
Investigación
En el marco de la investigación, y a petición de la Fiscalía de Menores, se ha autorizado el vaciado de los teléfonos de las dos chicas agredidas a fin de identificar cuanto antes a los autores del delito. Asimismo, la Policía Científica continúa con las inspecciones en el domicilio en el que se produjo la agresión.
Según las primeras pesquisas, cuando uno de los jóvenes trató de mantener relaciones sexuales completas con una de las menores, esta se negó, pero él la obligó a la fuerza. Poco después, se añadirían otros cuatro varones que someterían a la niña a una violación en manada. Fue entonces, cuando la otra chica logró escaparse y avisó a la otra adolescente.
Una "broma pesada"
A pesar de que en una de las víctimas les contó a sus padres que se había tratado de una “broma pesada”, los progenitores de las menor decidieron acudir con ella a un hospital. Tras ser examinada, los médicos certificaron la existencia de señales compatibles con una agresión sexual.