La policía ha confirmado que Mari Cruz, la mujer de 56 años, que el pasado lunes 18 de abril asesinó a su vecina Gracia, de 84 años, en el distrito madrileño de Carabanchel, lo hizo asestándole decenas de golpes con un martillo de uña.
La autopsia señala que la octogenaria murió a causa del medio centenar de martillazos que recibió en su cabeza y no por heridas de arma blanca, como se apuntó en un primer momento. Ambas vivían puerta con puerta, en el sexto piso de un inmueble sito en el número 12 de la Ronda de Don Bosco.
Pésima relación vecinal
Al parecer, la relación entre este par de vecinas era pésima desde hacía varios años. De hecho, se habían cruzado denuncias e, incluso, no dudaban en insultabarse en público en más de una ocasión. Según ha trascendido, la homicida, que padecía trastornos psiquiátricos, tenía un diario donde hacía anotaciones sobre el comportamiento que tenía su vecina con ella.
El suceso se ha saldado también con la muerte de la autora del crimen, quien tras matar a la anciana, se arrojó por el balcón de su casa, perdiendo la vida en el acto. Tras hallar su cuerpo, los agentes inspeccionaron el bloque, empezando por la sexta planta, lugar donde tenían sus residencias.
La voz de alarma
En concreto, Mari Cruz vivía en el sexto A, mientras que Gracia en el sexto B. Fue en ese mismo rellano, donde la policía encontró el cuerpo sin vida de la anciana sobre un enorme charco de sangre.
La voz de alarma la dio la propietaria de una autoescuela, que se encontraba dos números del lugar donde ocurrieron los hechos. La mujer avisó que había presenciado como una mujer se tiraba por la terraza de un sexto piso.