Los hay quienes lo tratan de milagro, otros como una mayúscula negligencia. Un hospital dio por muerte a un bebé cuyo corazón todavía latía cuando llegó a la funeraria.

Los hechos sucedieron en Ariquemes (Brasil) donde una joven de 18 años acudía el 27 de diciembre de urgencias con fuertes dolores de barriga. No ella ni los médicos, que la enviaron a su casa hasta en dos ocasiones, se dieron cuenta de que estaba embarazada.

Funeraria

El dolor iba a más en su casa y sin ningún tipo de ayuda médica dio a luz a un bebé con tan sólo cinco meses de gestación y un kilo de peso. Cuando llegaron al hospital, los profesionales diagnosticaron que el pequeño estaba muerto. No fue así. Llamaron a la funeraria y a las tres de la madruga del ya 28 de diciembre recogieron al bebé y se lo llevaron. Mientras hacían los trámites pertinentes uno de los responsables escuchó al bebé suspirar. Su corazón latía.

El director de la funeraria llevó al niño de vuelta al centro hospitalario donde lo ingresaron en la unidad de cuidados intensivos neonatales. El pequeño responde bien al tratamiento y su abuela dice que “se mueve mucho” y que “su frecuencia cardíaca es excelente".

Denuncia y justificación

Por su parte, tanto la funeraria como la familia han denunciado al hospital. Los familiares aseguran que cuando llegaron no vieron que los médicos tuvieran predisposición de salvar al pequeño.

Los médicos por su parte aseguran que "es un milagro”. Uno de los médicos asevera haber visto a la doctora hablando: “me estaba diciendo muy claramente que este bebé estaba muerto. La funeraria vino a buscarlo y estaba muerto”. “De alguna manera ese latido volvió", sentencia.