Alison Botha vivió una trágica historia que estuvo a punto de acabar con su vida. Los hechos ocurrieron en 1994, cuando ella tenía 27 años. Y es que después de que dos personas la violaran, la apuñalaran y le cortaran el cuello para intentar matarla, no consiguieron asesinarla.
La mujer estaba en Sudáfrica y, tras una noche de fiesta con sus amigos, se trasladó a su apartamento. Por el camino, ocurrió su peor pesadilla. Un hombre armado con un cuchillo entró en su vehículo y la obligó a recoger a otro. Entre los dos la llevaron a una zona alejada de la ciudad para abusar de ella y después matarla.
Intentos de asesinato
Después de abusar sexualmente de ella, los agresores intentaron matarla por asfixia. Sin embargo, aunque perdió el conocimiento durante unos minutos, no acabaron con su vida. Tras ver que seguía viva, los hombres la apuñalaron en el abdomen hasta en 30 ocasiones. Con todo, la mujer sobrevivía, por lo que le cortaron el cuello 16 veces.
Después de tanta brutalidad, los violadores pensaron que ya la habían asesinado y se marcharon satisfechos. Pero no fue así. Alison se llenó de fuerzas, escribió el nombre de los agresores en la arena y fue hasta la carretera para pedir ayuda.
Cadena perpetua
La mujer tuvo que sostener su cabeza porque se le caía hacia atrás. Asimismo, tuvo que sujetar sus tripas para que no se le salieran. Todo un milagro, ya que Botha consiguió llegar a la calzada y ser asistida.
Alison entonces identificó a los violadores, que fueron detenidos con ocho cargos, acusados de delitos como secuestro, violación e intento de asesinato. Los hombres fueron condenados a cadena perpetua en 1995. Ahora la mujer relata su trágica, pero esperanzadora, historia.