Los ciudadanos de la ciudad rusa de Dzerzhinsk, ubicada en la región de Nizhni Nóvgorod --al este de Moscú--, han hallado un extraño fenómeno: un grupo de perros salvajes con todo su pelaje de color azul.
Según fuentes cercanas, este llamativo aspecto se debería que los animales se ensuciaron con los restos de residuos químicos que se quedaron en las instalaciones de una fábrica abandonada cerca a la zona, propiedad de la desaparecida Dzerzhinskoye Plexiglas.
¿Están contaminados los perros?
Una de las personas que estuvo a cargo del edificio, una antigua planta de plexiglás, lanzó la hipótesis de que los perros azules se ensuciaron con sulfato de cobre, un material que en contacto con tejido vivo puede ocasionar inflamaciones y enrojecimiento de la piel.
Esa fábrica estuvo especializada en la producción de vidrio acrílico y ácido cianhídrico durante sus años en activo. Por ello, las autoridades han solicitado a los directivos de la antigua empresa propietaria, Dzerzhinskoye Plexiglas, que localicen a todos los animales y les realicen un examen.
La polémica está servida
Con esa inspección, los veterinarios determinarán el estado real de los perros, aunque algunas protectoras de animales locales han descartado daños más allá del cambio en el color del pelo. Sin embargo, pese al revuelo que ha suscitado el hallazgo, el que fuera director de la planta química, Andrey Mislivets, ha declarado al medio británico Daily Mail que se trata de un montaje.
Según Mislivets, todo es una broma y asegura que las instalaciones, abandonadas desde que Dzerzhinskoye Plexiglas quebró en 2015, están limpias de residuos. Una afirmación que no comparten los mandatarios de la región, convencidos de que la fábrica tiene una gran cantidad de sustancias contaminantes. Por ello, entrarán durante los próximos días a las instalaciones para comprobar la verdad.