La historia de este chaval es cuanto menos impactante. Un valenciano de 24 años se encuentra inmerso en una batalla legal contra sus tíos maternos después de que estos se fundiesen la herencia que le habían dejado sus padres: 400.000 euros.
En 2008, el muchacho se quedó huérfano a la temprana edad de 11 años después de que sus padres fallecieran por cáncer. En concreto, la madre murió en 2006, mientras que el padre feneció dos años más tarde.
Los tutores legales
Sin embargo, sus progenitores le habían dejado una herencia que contaba con dos viviendas en Valencia, varias plazas de garaje, una tercera parte de un local comercial y 266.200 euros repartidos en diferentes cuentas bancarias. Contra todo pronóstico, la hermana de la madre del joven se quedó con la tutela del menor a base de mentiras, incumpliendo así la última voluntad del padre del niño que dejó a uno de sus hermanos como tutor y albacea del preadolescente.
Y, ojo, porque el matrimonio sacó el dinero de las cuentas bancarias del joven, al mismo tiempo que se apropiaba de las cantidades que percibía el chico cada mes en concepto de alquileres, además de la pensión de orfandad que le correspondía a su sobrino y que asciende hasta los 100.000 euros.
Una vida a todo trapo
Acto seguido, la pareja empezó a hacer gala de un alto tren de vida. Por si fuera poco, los tutores del menor empezaron a desviar parte del capital de su sobrino a una sociedad mercantil que ambos constituyeron.
Ahora, tras la acusación por parte del joven, el fiscal pide seis años de cárcel al considerar que se trata de un delito continuado de apropiación indebida. Además, el acusador confiesa que ha que solicitado asistencia psicológica a consecuencia del chantaje emocional al que ha sido sometido por parte de sus familiares. Lejos de dejarlo aquí, el joven también ha revelado que ha tenido que pedir un préstamo por valor de 40.000 euros para hacer frente a unas deudas de sus padres.