Un carterista ha sentado en el banquillo de los acusados al agente de la Guardia Urbana de Barcelona que lo abatió de un puñetazo. Una acción con la que logró evitar el hurto de la cartera a un turista inglés, pero que le ocasionó unas lesiones oculares al ladrón que le han acabado provocando ceguera en uno de sus ojos.
Pero una "sorpresiva" revelación por parte de la acusación ha paralizado la vista: el carterista ha acusado erróneamente al policía, dado que se ha equivocado de agente. Al parecer, el responsable del puñetazo era el compañero del patrulla del denunciado, y se han dado cuenta este martes 12 de enero al ver en persona al agente por el que pedían siete años de cárcel y 200.000 euros de indemnización.
Llevaba siete años operándose el ojo
Una actuación de la Guardia Urbana de Barcelona en las Ramblas, que tuvo lugar sobre las dos de la madrugada del 16 de abril de 2016, frustró el robo de la cartera a un turista. Recuperaron el objeto robado y pudieron denunciar al ladrón --condenado por un delito leve contra el patrimonio--, pero el individuo fue golpeado por uno de los agentes que quiso menoscabar su integridad física.
Según Fiscalía, el urbano le propinó un puñetazo en el ojo izquierdo que le causó una perforación y un cuadro de amaurosis, lo que le provocó la ceguera en el mencionado glóbulo ocular. Un acto por el que el ministerio público le imputa un delito de lesiones imprudentes, dado que considera que el policía desconocía que la víctima había sido intervenido en varias ocasiones de ese mismo ojo, desde 2009, y que su actuación influyó en la "tórpida evolución del proceso asistencial".
Han visto el error al empezar el juicio
El juicio iba a tener lugar este martes 12 de enero en la sección novena de la Audiencia de Barcelona pero, tal como ha detallado el abogado del ladrón, el agente procesado no es el responsable. Se trataría de su compañero, y se han dado cuenta ahora.
Dada esta "circunstancia sorpresiva", el presidente de la sala ha ordenado devolver la causa a instrucción para que el ladrón identifique al supuesto agresor, porque hasta ahora no se ha practicado ninguna rueda de reconocimiento. No obstante, el tribunal ha optado por no absolver al acusado equivocado, puesto que su letrada había denunciado previamente un error procesal.
No localizan al turista inglés
La acusación solicitó para el policía una condena a prisión de siete años y una indemnización a la víctima de 200.000 euros por un delito de lesiones graves, del que se ha desdicho al constatar que se trataba del agente equivocado.
Mientras, la Fiscalía pedía dos años y un mes de cárcel para el policía y que se indemnizara al carterista con 55.650 euros por las lesiones y las secuelas. Del mismo modo, acusaba al Ayuntamiento de Barcelona como responsable civil subsidiario.
Y para añadir más leña al fuego, la defensa ha solicitado la anulación del juicio debido a la ausencia del turista inglés, puesto que lo consideran un testigo crucial pero que no ha podido ser localizado en ningún momento del proceso. Una petición que ha rechazado el tribunal.