Hasta cuatro horas se han pasado encerrados los clientes de un bar después de los responsables bajaran la persiana para obedecer la normativa del toque de queda.
Los hechos tuvieron lugar el viernes en Madrid, cuando los empleados del pub Loyalty vieron pasar por la zona una patrulla de la Policía Municipal. Eran las 23.15 horas y ese día aún estaba en vigor el estado de alarma, y la restauración estaba obligada a cerrar a las once de la noche.
Evitar multas
Para evitar ser sancionados, los trabajadores bajaron rápidamente la persiana del local, pero aún había clientes dentro. Así estuvieron durante cuatro horas.
Los agentes se percataron de los movimientos extraños de la persiana al detectar su presencia. Se acercaron y golpearon la persiana. Nadie abrió, por lo que decidieron enviar a la zona un coche camuflado para controlar la situación.
Detención
Pasadas las tres de la madrugada, la Policía empezó a recibir llamadas de algunos de los clientes que estaban en su interior, retenidos. Algunos de los allí encerrados empezaron a tener ataques de ansiedad. Los responsables del bar no les dejaban salir, habían cerrado por dentro con llave para no acabar multados.
Varias patrullas de los Grupos de Atención al Ciudadano y de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional acudieron al lugar. Explicaron la situación a los municipales y entraron al local para liberar a ocho retenidos. Los tres responsables del pub, un ciudadano brasileño y a dos nacionalizados españoles, han sido arrestados por detención ilegal.