Se acabaron los aplausos a los profesionales médicos y sanitarios, ahora la tendencia creciente es la agresión contra aquellos que día y noche trabajan para salvar vidas en plena pandemia.
Este mismo domingo, la Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) lamentaba un nuevo episodio violento a una facultativa y una enfermera del Punto de Atención Continuada del centro de salud de Santa Olalla (Toledo). El sábado noche recibieron amenazas por parte de varias personas.
'In crescendo'
Estas situaciones “van en aumento”, asegura desde el sindicato. Lo reflejan las cifras del Ministerio del Interior. Hasta agosto de este año, los profesionales de la Salud ya han presentado 446 denuncias, un 18% más que en 2019. Y número de agresiones se ha disparado desde el verano.
La Central Sindical mantiene que este tipo de episodios están creciendo como consecuencia de la tensión en la ciudadanía que está provocando la pandemia de coronavirus y la falta de recursos en la Atención Primaria y Atención Sanitaria.
Casos
La situación es generalizada en toda España. Hace pocos días, en Alicante, un hombre tiró al suelo a una enfermera por pedirle que se pusiera la mascarilla; en Albacete, un joven le dio un puñetazo a un sanitario que tuvo que recibir tres puntos de sutura; en Málaga, una mujer llegó a lanzar una mampara de metacrilato contra una enfermera; y así en diferentes puntos del país.
Estas son solo las que se conocen, ya que los profesionales señalan que hay muchos casos que no se llegan a denunciar a la policía. Las agresiones a este colectivo no son nuevas, pero sí van a más estos días.
Presión asitencial
Los médicos y sanitarios lamentan que la gente no vea el sobreesfuerzo que están haciendo para hacer frente a todas las consultas tanto por casos de Covid, como por otras dolencias y patologías. Pero la gente parece no verlo.
Las teorías negacionistas tampoco ayudan. Los profesionales detectan que ahora hay más reticencia a cumplir la cuarentena cuando se les comunica un positivo y, en muchos casos, eso acaba en situaciones violentas.
Sin seguridad
Ante este aumento, las cifras muestran como sólo el 22% de los centros de salud dispone de un vigilante de seguridad. Unos trabajadores que no siempre están todo el día, sino sólo en las horas que se consideran cruciales.
El CSIF exige que se redoble la vigilancia en aquellos centros de mayor conflictividad, algo que sólo puede realizarse con una mayor inversión. Por su parte, los médicos y sanitarios piden mayor paciencia a los usuarios que, hace tan sólo medio año les aplaudían.