Un joven residente en Santiago de Compostela ha sido condenado a 12 años de cárcel por violar a la novia de su compañero de piso. El violador aprovechó que la víctima se encontraba indispuesta en un elevado estado de embriaguez para abusar sexualmente de ella en el baño de su vivienda.
El tribunal considera probado que el condenado realizó el acto y destaca la existencia de una prueba de ADN que lo vincula con los hechos, registrados en julio de 2017, además de otorgar veracidad a los testimonios de la víctima y el excompañero de piso del procesado.
La violó mientras vomitaba
Los hechos se produjeron de madrugada, después de que el condenado, su compañero de piso y su novia --la víctima, que por aquel entonces mantenían una relación estable-- salieran de bares por el casco histórico de Santiago. La chica se encontraba muy indispuesta y se fue al baño del piso compartido para vomitar.
En ese momento, tal y como resaltan los magistrados en su fallo, el agresor se aprovechó de que la joven estaba sola, "muy postrada" y con "mucho malestar, hasta el punto de que se quedó semitumbada". Una situación que la dejó en un estado "especialmente vulnerable" frente a los propósitos del condenado, dirigidos a "violar su libertad sexual".
Sufrió traumas físicos y psicológicos
A consecuencia de los hechos, la joven sufrió heridas físicas --rasconazos y una contusión en la cabeza-- además de consecuencias psicológicas que, como testificó una psicóloga durante la vista, todavía padece en la actualidad.
Además, la existencia de una prueba de ADN hallada en una exploración de las partes íntimas de la víctima apuntó a la culpabilidad del condenado, que además de 12 años de cárcel --el Ministerio Público solicitaba 13--, deberá abonar una indemnización de 20.000 euros a la víctima, a la que no podrá acercarse durante los próximos 17 años.