La tortuga boba es un ejemplar muy común en el Mediterráneo, pero actualmente se encuentra en estado vulnerable debido a la disminución del número total de ejemplares que habitan en las aguas de todo el mundo. Además de encontrarse en el Mediterráneo, también se pueden ver en el Atlántico, el Pacífico y el Índico. Ahora, un ejemplar de esta tortuga ha puesto un buen número de huevos en las playas de la Ciudad Condal, una oportunidad para preservar la especie y para la cual el Ayuntamiento busca voluntarios.
Este programa de voluntariado implica cuidar estos huevos para que el nacimiento llegue a buen término y con ello se ayude a mantener la especie de tortuga boba, de la que cada vez hay un número menor en todo el mundo. En total, son 77 huevos los que se han encontrado en Barcelona, por ello, el Ayuntamiento ha solicitado la colaboración ciudadana, muy importante en estos casos en los que se tiene la oportunidad de que nazcan nuevos ejemplares de este tipo de animales vulnerables.
77 huevos de tortuga boba
Es la primera vez que esto sucede. A pesar de que las tortugas bobas son comunes en el Mar Mediterráneo, hasta ahora nunca se habían encontrado huevos de esta especie en las costas catalanas. Por primera vez, una tortuga ha anidado 77 huevos en la playa de Barcelona, un nido que, según los especialistas, podría eclosionar a principios de septiembre y que necesita cuidados y vigilancia para que no abran antes de tiempo, se puedan romper o incluso puedan desaparecer por la propia acción humana.
A través de un programa de voluntariado, el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha una iniciativa mediante la cual se buscan personas interesadas en conservar a la tortuga boba mediante la vigilancia y cuidado de estos huevos. El cambio climático, la contaminación o los choques con los barcos, entre otros, son algunas de las razones por las cuales esta especie está amenazada y ha experimentado un importante descenso en el número de ejemplares de los que se tienen constancia a nivel mundial.
Playa de la Mar Bella
Los hechos se produjeron en el mes de julio, cuando una tortuga boba salió del mar en la playa de la Mar Bella y puso varias docenas de huevos en la playa. En total, 77 huevos, de los cuales 60 se han quedado en la propia playa, bien custodiados para salvaguardar la especie y propiciar su nacimiento en correctas condiciones y las otras 17 crías están en centros especializados, ya que eran los que tenían menos posibilidades de sobrevivir por sus propios medios y poder llegar a nacer.
Gracias a la acción del Centro de Recuperación de Animales Marinos y también del Servicio de Fauna y Flora, se ha llevado a cabo un proyecto de vigilancia del nido las 24 horas del día para que la incubación se pueda realizar de forma natural, no haya interrupciones que pudieran alterar su ecosistema y, por supuesto, no haya robos de huevos ni roturas por la acción humana. Esta vigilancia durará hasta la eclosión de los huevos y entonces, si es necesario se realizarán cuidados de las crías o se devolverán al mar.
15 voluntarios
La respuesta de la población catalana ha sido masiva y se ha obtenido mucho interés. En total, se necesitan en torno a 15 voluntarios, que pueden ser adultos o menores acompañados por un adulto, y que se repartirán las horas de vigilancia para completar, entre todos, turnos de veinticuatro horas. Además, también se realizarán rastreos por la zona, por si hubiera otro nido en alguna otra playa de Barcelona, ya que es habitual que se pongan en varios sitios cercanos.
No es el único punto de España en el que las tortugas bobas han realizado asentamientos este año. En total, cinco lugares se han sorprendido con la llegada de estas especies que, normalmente, anidaban en el Mediterráneo Oriental. Menorca, Murcia, Vilaseca, Ibiza y el propio Barcelona. Una pequeña esperanza para recuperar una especie icónica, muy bonita, de gran importancia para el mundo marino y de la que cada vez quedan menos ejemplares disponibles en las aguas de todo el mundo.