Abba es el grupo sueco por excelencia. Ha habido más, claro, como Aqua o Roxette, pero la banda que se hizo famoso en los 70 gracias a Eurovisión, tiene hasta un musical internacional que lleva el nombre de una de sus canciones, Mamma Mia!
La historia de los miembros de la banda y su separación es bastante oscura. Tramas de alcohol, infidelidades y drogas empantanaron la trayectoria de unos cantantes que siguen haciendo bailar a millones de personas en el planeta. Lo que es más desconocido es la triste historia de una de sus integrantes antes de que se hiciera famosa con el grupo: Frida.
Proyecto Lebensborn
Anni-Frid Lyngstad, la morena del grupo, nació en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial. La integrante de la banda es lo que se conoce como Tyskerbarnas, traducido como niños alemanes. Una de las niñas fruto del proyecto Lebensborn (fuente de vida, en alemán).
La iniciativa, impulsada por la asociación que recibe el mismo nombre y creada por Heinrich Himmler, líder de las SS, tenía como objetivo “enriquecer” los genes arios. Para este plan supremacista se invitaba a las mujeres “racialmente puras” --lo que para los nazis era “rubias y sanas”-- de Alemania, pero también de los países invadidos, a tener hijos con militares alemanes.
"Raza pura"
La condición era que luego entregaran a esos niños a los alemanes, para que fueran adoctrinados en la ideología nazi. Muchos de ellos, fueron entregados a familias de élite del Tercer Reich. Los bebés que al nacer no eran rubios y blancos, los donaban a orfanatos cuando no eran ejecutados.
Al principio, sólo podían participar del proyecto los soldados que demostraran su “pureza racial”, según los estándares nazis. La voluntad era volver a repoblar Alemania tras la pérdida de población del país causada por la Primera Guerra Mundial. Con el paso del tiempo, dejaron participar en el proyecto a todos los soldados.
Padres
Uno de estos militares comunes era Alfred Hasse, un sargento nazi de 24 años, que al llegar a Noruega en 1943 se desplazó hasta Ballangen, donde ya existía una filial de Lebensborn. Allí, encontró a una joven noruega de 18 años, Synni Lyngstad, con quien inició una relación.
En 1945, Hasse tuvo que regresar a Alemania. Por aquel entonces, Lyngstad ya estaba embarazada y faltaban pocos meses para la caída de los nazis. Cuando nació Frida, Hitler se había suicidado y el proyecto Lebensborn ya formaba parte de la oscura historia. La madre de Frida nunca supo más de Hasse.
Exilio
El problema fue entonces para Lyngstad. Con el paso de los meses se fueron destapando las atrocidades que cometieron los nazis y empezó a ser señalada e insultada por las calles noruegas. Ella y su madre, Agny, se vieron forzadas a huir a Suecia, huyendo del escarnio público. Pocos meses después, Lyngstad fallecía y Frida tuvo que ser cuidada por su abuela.
La joven pudo hacer su vida con relativa normalidad y en 1974 se hizo mundialmente famosa con Abba. Tanto que, en 1977, una fan alemana del grupo descubrió que su cantante favorita era la hija de su tío. Le escribió. Y fue así como la artista conoció a su padre. Pero más allá del encuentro en Stuttgart, la relación no prosperó.
Reconocimiento
Con el cambio de siglo, un grupo de jóvenes nacidos del proyecto Lebensborn se organizó para que el Gobierno noruego reconociera su responsabilidad, llevando el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Frida no quiso involucrarse en el proyecto.
Finalmente, los hijos de origen noruego del plan nazi consiguieron su reconocimiento. El Estado les ofreció un resarcimiento de 10.000 dólares. Frida tampoco reclamó nada.