Mauricio Alejandro Torres y su mujer, Cathy, fueron juzgados por asesinato y malos tratos en 2016 al fallecer su hijo de apenas seis años de edad. El padre fue condenado a muerte y la madre a cadena perpetua, pero un defecto de forma ha obligado a repetir el juicio de Mauricio.
El detonante para este veredicto es que se les acusa de haber matado a su hijo violándolo con un palo, a modo de castigo por comerse un trozo de tarta sin permiso. Según las investigaciones del caso, la pareja sometía al pequeño a constantes torturas y malos tratos que, finalmente, terminaron por quitarle la vida.
Comió pastel sin permiso
La agresión fatal tuvo lugar cuando la familia se fue de camping a Missouri. Fue allí donde el niño comió un trozo de pastel sin el permiso de sus padres, por lo que el progenitor cogió un palo y se lo introdujo varias veces a modo de castigo. Luego le obligó a hacer sentadillas con el objeto aún en el interior.
Para finalizar, la madre del niño lo empujó hacia abajo con fuerza, contra el palo, causándole graves heridas. Todas ellas terminaron infectándose, de tal manera que le causaron al pequeño un shock séptico que terminó quitándole la vida.
El padre se declara inocente
La historia, recogida por el Daily Mail, vuelve a ver la luz al repetirse el juicio de Mauricio por un defecto de forma relacionado con la jurisdicción estadounidense. La mujer, que se confesó culpable del cargo de asesinato, fue condenada a cadena perpetua. Mientras, el progenitor, sigue negando las acusaciones de asesinato y malos tratos declarándose inocente.
La hermana del pequeño testificó en el primer juicio afirmando que sus padres golpeaban al niño con frecuencia, y a ella la obligaban a hacerlo. Llegaron a frotar al menor con lejía, le obligaban a dormir en un cubo de basura y le arrancaron dientes con unos alicates, entre otros castigos y torturas.