Un niño de cinco años de edad falleció el pasado lunes 17 de febrero al atragantarse durante la merienda con un bocadillo. Sucedió en Juan Grande, en la isla de Gran Canaria, ante la mirada de su padre. Aunque se desconocen las causas oficiales del suceso, todo apunta a que Aday obturó las vías respiratorias con el bocata.

El padre del menor, vecino de Castillo del Romeral, al ver que se estaba asfixiando lo llevó con urgencia al Centro de Salud de El Doctoral, según informa el diario Teide Actualidad. Pero, desgraciadamente, el menor llegó en parada cardiorrespiratoria y no pudieron hacer nada para reanimarlo.

Hicieron todo lo posible

El progenitor salió un momento a tirar la basura y, al regresar, se encontró con el pequeño Aday asfixiándose. El primer instinto fue el tratar de liberarle la traquea del trozo de bocadillo pero, al ver que no conseguía devolverle la respiración, salió de manera urgente al citado ambulatorio --situado a apenas cinco kilómetros de distancia-- cuyo trayecto se realiza en unos siete minutos.

Una vez en el centro, los médicos consiguieron retirarle el pedazo de comida que le obstruía la respiración. Pero comprobaron que se encontraba en parada cardiorrespiratoria, por lo que iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar estando cerca de una en ello, aunque sin éxito. El médico confirmó su fallecimiento en el centro sanitario al que fue trasladado.

Todos volvados en el suceso 

Al lugar se desplazaron unidades de la Guardia Civil y la Policía Local de Santa Lucía, a la espera de que el cadáver sea trasladara al Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria.

El Ayuntamiento de Santa Lucía y Cruz Roja, asimismo, movilizaron a psicólogos para ayudar a la familia en los momentos difíciles que estaban viviendo.